La fórmula secreta de la escala mayor

¿Qué notas constituyen la escala Re menor melódica?

¿Cómo se forma el modo mixolidio de sol?

Quiero componer un tema en Fa mayor, ¿qué acordes son los propios de la tonalidad?

¿Qué acordes resultan al armonizar por terceras Mi bemol armónica?

¿Qué notas forman el acorde Eb13?

Quizás algunas de estas preguntas os parezcan complicadas, pero os aseguro que son muy fáciles tan pronto uno entiende los conceptos sobre los que se apoya esto.

Todo comienza por descubrir un gran secreto: la fórmula de la escala de Do Mayor.

Si algo de lo que expongo aquí os resulta confuso, tal vez debáis echarle un vistazo a los artículos más básicos referenciados al final del artículo.

Recuperemos la imagen de una octava cualquiera del piano de DO a DO:

Si hacemos sonar, una a una, todas las notas blancas desde el primer DO del gráfico hasta el último, obtenemos una melodía que es familiar a todo el mundo, tanto si la tocamos en sentido ascendente o en descendente. Lo que quizás no sepáis es que esa sucesión de notas tiene un nombre: escala de Do Mayor.

Vamos a analizar con detalle su composición, pues nos va a dar el secreto que nos permitirá su construcción en cualquier otra tonalidad. Comprendida su fórmula, la realización práctica en cualquier instrumento musical será prácticamente inmediata.

Nuestra escala, DO Mayor, está compuesta por la siguiente sucesión de notas:

DO – RE – MI – FA – SOL – LA – SI – DO

o, en notación anglosajona:

C – D – E – F – G – A – B – C

Estrictamente hablando son siete notas, pues la octava, el DO, es una repetición de la primera, salvo que más aguda (se dice que es una «octava» más alta).

Vamos a observar la relación entre cada nota y la siguiente. Cuando la distancia sea de un tono, trazaremos un semicírculo enlazando ambas notas. Si la distancia es de un semitono, las uniremos mediante una «V».

Comencemos por el DO y el RE. La distancia entre ambos es de un tono (dos semitonos), pues observad que hay una tecla negra entre medias.

La distancia entre RE y MI vuelve a ser de un tono, pero entre MI y FA hay sólo un semitono, ya que no hay ninguna tecla negra entre ambas.

Continuamos así hasta completar el resto:

Hecho este pequeño ejercicio visual, traduzcamos ahora los semicirculos por T (tono) y las «V» por S (semitono) para obtener así la fórmula buscada:

T – T – S – T – T – T – S

Memorizadla bien, incluso en su forma hablada: Tono – Tono – Semitono – Tono – Tono – Tono – Semitono.

¿Por qué es importante esto? La fórmula es la misma para todas las escalas mayores: Re mayor, Mi bemol mayor, todas comparten la misma estructura que Do mayor. Conociéndola podremos construir la escala en cualquier tonalidad.

En los artículos próximos veremos su aplicación inmediata a la guitarra y al piano y seremos capaces de articular la escala partiendo de cualquier nota en esos instrumentos.

Javier Montero

La fórmula secreta de la escala mayor


Referencias:

Las notas musicales: las teclas blancas

Las notas musicales: las teclas negras

Tonos y semitonos


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Las notas musicales: las teclas negras

Objetivo: aprender a nombrar las notas negras del piano y entender el concepto de sostenido y bemol.

En el anterior artículo de Armonía descubrimos las notas musicales asociadas a las teclas blancas de un piano o teclado. Hoy aprenderemos a dar nombre a esas otras más estrechas, cortas y, sobre todo, oscuras: las teclas negras.

Volvamos a la imagen parcial de un piano con la denominación de las notas sobre cada tecla blanca.

Una nota negra puede tomar dos nombres diferentes, dependiendo de si la nombramos en relación a la blanca que la precede o a la que está inmediatamente después. En el primer caso utilizamos el adjetivo sostenido junto al nombre de la nota anterior. En el segundo, agregamos el término bemol al nombre de la nota siguiente.

Aclararemos esto con un ejemplo. Fíjate en el gráfico: entre las notas DO y RE hay una nota intermedia. ¿Cómo se llama?

Como la nota blanca a la izquierda es un DO, su nombre sería Do sostenido.

O bien, como la nota blanca de la derecha es un RE, podriamos denominarla Re bemol.

El símbolo del sostenido es ♯, y el del bemol ♭.

Por lo tanto, la nota indicada sería Do♯, o bien Re♭. En notación anglosajona tendríamos: C♯, o D♭.

¿Cómo se denomina la nota correspondiente a la tecla negra que hay entre RE y MI?

D♯ / E♭

No deberías tener problema en nombrar las negras restantes:

F♯ / G♭      G♯ / A♭      A♯ / B♭

Cualquiera de estos pares de notas tienen el mismo sonido, pese a poder nombrarse de dos modos diferentes. Decimos que son enarmónicos.

¿Cuándo utilizaremos la denominación con sostenidos y cuándo con bemoles? La respuesta la va a marcar el contexto tonal en que nos encontremos. No te preocupes por eso, de momento; más adelante lo comprenderás

Ya estamos en condiciones de indicar todas las notas musicales. Comenzaremos por la secuencia con sostenidos:

C, C♯, D, D♯, E, F, F♯, G, G♯, A, A♯, B, C, …

Y otra vez se repite la serie, con las mismas notas pero más agudas (una octava más altas).

Observa que entre las notas E y F no hay ninguna nota intermedia. Lo mismo ocurre entre B y C. Si no lo ves claro presta atención al gráfico del teclado de nuevo. Graba esto bien en tu cabeza, es un concepto muy importante.

Repitamos la secuencia, pero esta vez con bemoles:

C, D♭, D, E♭, E, F, G♭, G, A♭, A, B♭, B, C, …

Y así sucesivamente.

Cuenta las notas y verás que, en total, tenemos, en nuestro sistema musical, DOCE notas diferentes (contando los enarmónicos como sólo uno).

Ya sabes nombrar correctamente las notas; en la próxima sesión aclararemos los conceptos de tono y semitono.

Javier Montero Gabarró


Fecha de la última revisión: 21 de septiembre de 2012


http://elclubdelautodidacta.es/wp/2011/08/las-notas-musicales-las-teclas-negras/


El texto de este artículo se encuentra sometido a una licencia Creative Commons del tipo CC-BY-NC-ND (reconocimiento, no comercial, sin obra derivada, 3.0 unported)


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Índice completo de artículos sobre armonía.

Las notas musicales: las teclas blancas

Objetivo: aprender a identificar las notas Do-Re-Mi-Fa-Sol-La-Si-Do en el piano, correspondientes a las teclas blancas.

El material que vamos a tratar hoy es muy básico, pero imprescindible para cualquiera que esté aprendiendo a tocar un instrumento musical.

Con relativa frecuencia me encuentro con instrumentistas (algunos con mucha experiencia, incluso) que muestran grandes lagunas en estos conceptos fundamentales. Esta carencia suele dificultar y ralentizar el aprendizaje, además de hacer que algo tan sencillo como la armonía les resulte un mundo siniestro e inabarcable.

Esta es la primera lección que doy siempre a mis alumnos de guitarra y armonía que comienzan desde cero. Si, por las circunstancias de la vida, alguna vez requieres mis servicios y te has leido este artículo, te ahorrarás la primera clase.

Quiero que observes con detenimiento la siguiente imagen, correspondiente a una parte del teclado de un piano:

Hay dos tipos de teclas: las blancas y las negras, estas últimas más cortas y estrechas, como puedes apreciar.

Cada tecla, sea blanca o negra, hace sonar una nota musical diferente. El sonido que producen es tanto más agudo conforme más a la derecha están las teclas.

Por lo general, entre dos teclas blancas hay una tecla negra, pero fíjate que esto no sucede siempre. De cuando en cuando nos encontramos dos teclas blancas seguidas, sin que haya ninguna negra entre ellas.

¿No aprecias ningún patrón de repetición común?

Observa los bloques de tres negras juntas, luego le sigue uno de dos, después otro de tres, seguido de otro de dos, y así sucesivamente. Esto es lo mismo en cualquier piano o teclado electrónico, independientemente del número de teclas totales que tenga.

Este patrón regular nos va a facilitar localizar en el piano nuestra primera nota musical: DO.

La nota DO siempre es la blanca que está justo a la izquierda del bloque de dos negras.

Vamos a marcarlas en la imagen:

Las teclas con el punto azul hacen sonar notas DO. Corresponden a la misma nota, pero la que está más a la derecha es más aguda, naturalmente (en términos físicos, su frecuencia es exactamente el doble).

A partir de la nota DO colocamos las restantes, sucesivamente, en las demás teclas blancas.

He escrito también el nombre de las notas en notación anglosajona. Si tienes problema con esta nomenclatura, repasa lo explicado en el blog haciendo clic en el enlace.

A partir de un DO, la segunda nota blanca es un RE, la tercera un MI, la cuarta un FA, y así sucesivamente, hasta que la octava vuelve a ser un DO.

Por eso decimos que la distancia entre un DO y el siguiente (o entre cualquier otra nota y la siguiente igual) es de una octava. También se dice que el DO de la derecha es una octava más alto que el de la izquierda.

Otro truco que te puede ayudar a memorizar las notas en el piano es, además de que el DO es la que está justo a la izquierda del bloque de dos negras, es que la nota FA está justo a la izquierda del bloque de tres negras.

Ya sabemos nombrar las notas blancas. ¿Y qué pasa con las negras?

En el siguiente artículo desvelaremos el misterio…

Javier Montero Gabarró


Fecha de la última revisión: 18 de septiembre de 2012


Las notas musicales: las teclas blancas


El texto de este artículo se encuentra sometido a una licencia Creative Commons del tipo CC-BY-NC-ND (reconocimiento, no comercial, sin obra derivada, 3.0 unported)


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Índice completo de artículos sobre armonía.

MuseScore #2: Los preparativos iniciales

Comenzamos el viaje invirtiendo un minuto en repasar el estado del entorno y en efectuar unos ajustes iniciales.

Arrancamos la aplicación y nos aparece, majestuosamente, un fragmento de la partitura de Cuadros de una exposición, de Mussorgsky. Se trata del «Paseo», melodía que enlaza la visita a cada cuadro.

La partitura limita, al norte, con diversas barras de herramientas; al oeste con las paletas de edición; al este con la ventana «MuseScore Connect», desde la cual podremos acceder al site de MuseScore en Internet y, entre otras cosas, a toda una colección de partituras compartidas por los usuarios. Al sur nos encontramos con el navegador, una herramienta que agradeceremos a la hora de desplazarnos ágilmente por las distintas áreas del documento.

Comencemos revisando el idioma. ¿Os aparece la aplicación en español? Si no es así (o si lo es, pero deseamos usar otro diferente) deberemos acceder a las preferencias y cambiarlo:

En el menú, nos vamos a Editar | Preferencias.

y se nos muestra el cuadro siguiente (haced clic para ampliarlo):

A la derecha, arriba, en la lista «Lenguaje» podemos elegir el idioma entre las distintas opciones posibles. Será necesario reiniciar la aplicación si efectuamos algún cambio.

Volvamos a la partitura. ¿Tenemos configurado el audio correctamente?

Haced clic sobre el botón «Play», en la barra de transporte, en la parte superior. Aseguraos de tener los altavoces encendidos o los cascos puestos y el volumen de reproducción a un nivel adecuado.

¿Suena la partitura? Si no es así, deberemos revisar la configuración del audio.

Volvemos a la ventana de Preferencias y nos movemos a la pestaña E/S (Entrada/Salida). Se nos muestra la siguiente ventana (hacer clic para ampliarla):

Comprobad que el puerto de audio (Api y Dispositivo) es el correcto. Si modificáis algún parámetro habrá que reiniciar la aplicación para que el cambio surta efecto.

¿Reconocéis la pieza musical? Si no es así, os recomiendo que vayáís a vuestra tienda de discos favorita y os agenciéis los Cuadros de una exposición. Si queréis escucharla en versión rockera, buscad también el disco de Emerson, Lake & Palmer del mismo nombre.

Preparemos ahora el entorno un poco a la medida de nuestros gustos. Volvamos a la la pestaña General, en las preferencias.

En el bloque Inicio del programa, podemos elegir si queremos que se cargue un documento determinado al comenzar, el último utilizado, uno en blanco, o ninguno. A gusto de cada uno.

Ya que nos permite hacerlo, retiramos, a nuestra conveniencia, la marca en «Mostrar ventana de bienvenida». La ventana de bienvenida aparece durante medio segundo al arrancar el progrema, mostrando el nombre de la aplicación, la versión y la dirección del sitio web.

En la sección Rutas fijáos en el directorio de trabajo, que es donde se almacenarán por defecto los documentos que creemos. Estableced el que prefiráis.

En Ventanas, desmarcamos «Mostrar MuseScore Connect» y «Mostrar Navegador», de modo que no se carguen por defecto al iniciar la aplicación. Ya habrá tiempo de mostrarlos a su debido momento.

Listos para comenzar a trabajar…

Javier Montero

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