IX Carrera Atlético-Aeróbica Chiclana – Sancti Petri

Siete foreros, siete crónicas. Siete visiones diferentes de una misma carrera.

Y una misión: conseguir, por encima de cualquier cosa, que Danae cruzara su primera línea de meta.

Todo comenzó medio de broma, medio en serio, a principios de esta semana.

Con las agujetas de la carrera «Divina Pastora» aún en mis pies, empiezan a circular mensajes frenéticamente por el foro.

Danae propone hacer su ceremonia de iniciación en la carrera que se celebraría ese domingo entre Chiclana y Sancti Petri.

La bola de nieve de mensajes arrastra tras de sí a siete foreros apuntados: Danae, Alpigra, Llou, Jesús, Marcos, Santi y yo.

Me ha pedido que la ayude a lograrlo, algo que acepto inmediatamente. Serían tres domingos consecutivos corriendo y realmente no me apetece tener que volver a batirme una semana más.

Así, por un lado, podría planteármelo como un entrenamiento suave más, pero en un contexto de carrera. Y, por otro, me hace una ilusión tremenda poder estar ahí y poner mi granito de arena para que su primera experiencia resulte un éxito.

Y no sólo yo sino todos. En un par de días se ha constituido toda una «guardia pretoriana» con la misión de garantizar su triunfo a toda costa.

Madrugón… A las 5:30 suena el despertador.

Duchita, buen desayuno y salgo de casa en ropa de deporte.

He quedado a las 7 de la mañana con Santi en el Puente de la Barqueta.

Esperándolo, se me acerca un coche repleto de peña que aún prolongan la marcha del sábado noche. Me dice uno, viendo mi indumentaria: «Oye, vas a una popular». Sí, les contesto. «¿Dónde?». A Chiclana, les digo. Me hace una señal de aprobación y me dice: «Suerte, y a 3:30». Le contesto: «Como poco!».

Nos amanece en el camino. Paramos para repostar y comprar los botellones de agua que se trinca Santi cada vez que va en coche.

Llegamos a Chiclana y me indica algunos puntos por los que pasaremos corriendo. Seguimos hasta Sancti Petri, donde nos encontramos ya a Marcos esperándonos.

Inmediatamente, de un coche que nos venía siguiendo, sale uno y le dice a Santi: «¿tú eres Santi?». Es Llou, acompañado de un colega.

Nuestro Santi famoso en el foro… Lo han reconocido a la legua. Seguro que ha sido esa foto que tiene de culturista que posteó el otro día en el foro.

Tres autobuses están esperando ya. Tomamos el primero y nos lleva a Chiclana, recorriendo nuevamente parte del camino que nos tendremos que patear después.

Tarda un huevo en llegar. El recorrido es largo de narices. Será la sensación de enfrentarme a un terreno completamente desconocido para mí.

Entramos en el polideportivo a recoger los dorsales. Pillamos también el de Danae.

Tan pronto salimos nos encontramos con Danae y Antonio, su marido. Hacemos las presentaciones oficiales y nos cambiamos de ropa.

Guardamos los macutos en el coche de Antonio, que nos esperará después en línea de meta.

Santi, muy al quite, ve una gorra azul y dice… ¿Alpigra? Ahí está nuestro forero acompañado de un colega.

La gran incógnita que tenemos es si acudirá Jesús (Mali). Hasta última hora no estaba del todo claro.

Pero Llou nos confirma que lo ha visto, y señala a un corredor a lo lejos, vestido de negro, que está subiendo una cuesta calentando. ¡Es él!

Vamos a su encuentro a darle una sorpresa. Concentrado como va no se da cuenta de que nos acercamos. Intenta esquivarnos, pero le cerramos el paso.

Ahí lo tenemos, ese pedazo corredor ultrasónico del foro. Las presentaciones oficiales y nos ponemos a calentar con él.

Hora de ir tomando posiciones. ForeRundy programado a 6:40, ritmo que acordamos Danae y yo un par de días antes. Me sugiere que lo ponga a 6:50. Le digo que no hará falta, que así estará bien.

Jesús se despide momentáneamente de nosotros para colocarse en la mismísima línea de salida. Ahí lo vemos dándole los últimos ajustes a sus piernas …

Y suena el disparo de salida.

Dejo de ver a Jesús, Alpigra y Llou, enfrascados ya en su carrera.

Y ahí está Danea con su escolta: Santi, Marcos y yo.

Empezamos a dejar tirado a ForeRundy. No le digo nada a Danae, pero estamos rodando a un ritmo bastante más rápido que el establecido. Pero no es excesivo y lo está llevando bien.

A Marcos eso de rodar despacio le machaca las piernas. Así que, recibida la oportuna autorización de Danae, abandona la escolta.

Más adelante Santi quiere intentar darle algo de caña. Si las cosas van mal, siempre podrá volver a nuestra «base de operaciones» cuando desee.

Se va, sabiendo que deja a Danae en buenas manos.

Y comenzamos a pasar kilómetros acompañados de lo que para mí es una auténtica novedad: un viento de levante duro que, afortunadamente, sólo nos encontramos de frente en alguna ocasión puntual.

Primer avituallamiento a mitad de recorrido. Cogemos las botellitas de agua. Menos mal, me dejé olvidada la mía en la mochila y me gusta ir hidratándome bien durante el camino.

En el ecuador de la carrera le digo a Danae que ya está todo casi liquidado, que la carrera ya está casi lista.

En mis carreras, cuando alcanzo la mitad, ya tengo el convencimiento de que lograré llegar al final. Intento transmitirle esto a Danae.

Pero va sufriendo. El ritmo lo hemos ralentizado apreciablemente, rodando en torno o por encima del valor acordado al salir. Cuando veo que le cuesta seguirme, rebajo un poquito y observo.

En el kilómetro 6 duda si va a poder terminar.

Sé de sobra que lo hará. Está sufriendo, pero está suficientemente entera físicamente para lograrlo. Es simplemente una cuestión de coco, de tener confianza en que lo va a lograr.

Le digo que trate de concentrarse en su respiración, que intente calmarla y que deje que vayan sucediendo los metros uno tras otro.

En algunos momentos rodamos a 7 o incluso más lentos, pero la ventaja adquirida en la primera mitad es muy importante y nos permitirá, según mis cálculos, devolverla con holgura y llegar en el tiempo establecido.

A una chica que va delante de nosotros el viento le arranca la gorra de la cabeza. La pobre tiene que retroceder para recuperarla.

En algún punto del camino, nos encontramos a Antonio, cámara en mano, inmortalizando en una foto las andanzas de su mujer.

A pocos metros detrás de nosotros veo un pelotoncillo de gente y el coche escoba, que siempre lo hemos tenido a la vista.

Y pasamos kilómetros…

La chica de la gorra vuelve a situarse a nuestra altura. Intento mantener una conversación con ella y nos dice que es su primera carrera. Está pasándolo realmente mal.

Danae sufre, pero ya no es como en el kilómetro 6. Es el sufrimiento de resignación, de la certeza de que lo va a lograr, pero a costa de seguir sufriendo.

Nos adelanta el pelotoncillo del final. El coche escoba queda despejado a nuestra vista.

Y afrontamos el último kilómetro. Veo que Danae responde bien y aumento sutilmente el ritmo. Me sigue, va muy bien la cosa. Va a entrar en meta entera y triunfal.

En los últimos doscientos metros vemos a Jesús, que se une a nosotros a empujar con fuerza de Danae hasta la meta.

Y lo consigue, en 1h 9′ 42″. El ritmo medio de la carrera ha sido 6:29 /Km. ¡Toma ya, menudo debut!

Nos abrazamos y la veo dichosa con una sonrisa de punta a punta de la cara. Estoy contento por haber contribuido a esa felicidad.

Nos dan una camiseta chulísima, algo con lo que no contábamos en principio, pues anunciaban que sólo habría para los 500 primeros.

Bebida fresca para hidratar.

Después de nosotros, al ratito, entran un par de corredores más.

Compartimos el triunfo con los demás. Ahí están todos los campeones.

Nos despedimos de Llou y Alpigra (menudo supercarrerón se ha metido por cierto).

Jesús nos dice que tiene que irse, que va a aprovechar que ha visto a un amigo de Barbate y se irá en coche con él. No podrá quedarse a las cervecitas.

Queda aplazado para otra ocasión.

Me ha hecho mucha ilusión que al final se haya animado a acudir a la carrera, pese al palizaón de tener que acudir en bus desde Barbate.

Un gran corredor pero, ante todo, una gran persona.

Nos tomamos unas cervecillas Danae, Antonio, Marcos, Santi y yo y repasamos los grandes momentos del evento.

Nos despedimos de la peña y, al final, para comer, Santi me lleva a San Fernando a comer un pescadito a un sitio que él conoce donde despachan pescado fresco y muy barato.

Impresionante premio final para un día tan redondo.

Y vuelta de nuevo a Sevilla, con la idea de buscar cuanto antes un nuevo reto popular.

Distancia: 10750 m
Tiempo: 1h 9′ 42″
Ritmo medio: 6:29 /Km
FC media: 148 ppm —— Mi primera carrera aeróbica.

Carrera Divina Pastora – Sevilla – 2011

Llegó por fin el gran día, una semana después de la última carrera popular por Triana.

El circuito «Divina Pastora» se compone de cuatro pruebas de 10K que se realizan en varias ciudades de España durante la temporada. La primera fue en Palma de Mallorca hace dos semanas. Las dos restantes, en Oviedo y Madrid, están planificadas para octubre.

Tenía mucho interés en participar en esta prueba. Por un lado, poder estar al lado de grandes ídolos del atletismo español como Fermín Cacho, Penti y Maite Zúñiga (por partida doble: entrenamiento ayer con ellos y competición hoy). Por otra parte, esta carrera está homologada por la RFEA. El tiempo que consiguiera hoy sería mi primera marca estrictamente oficial.

Me levanto temprano, me ducho tranquilamente y desayuno un vaso de leche y media tostada con aceite. Me permito hasta postear algo por el foro.

Camiseta técnica del Decathlon, pantalones cortos y, como calzado, me pongo las ASICS para pronación leve-moderada a las que agrego mis plantillas ultrapronadoras. Ya he ensayado en otras ocasiones esta combinación que perfectamente mi pronación severa proporcionándome los beneficios de una buena amortiguación.

Me coloco el dorsal, que incorpora, en su parte posterior, dos bandas con el chip de usar y tirar que dará buena fe de nuestra presencia y nuestras marcas durante la prueba.

Riñonera con lo típico y, a las ocho y veinte, cojo mi bici para desplazarme a la Plaza de España. La «aparco» en un árbol y me pongo a pasear por los alrededores, pues tengo casi una hora por delante aún.

Al rato me encuentro con Santi y, poco después, con Ismael, compi del curro.

Llega la hora de calentar, como ya están haciendo todos. Por ahí observo a Pinty calentando también.

Al rato nos posicionamos en la pista de despegue, relativamente cerca del arco de salida.

Y de repente, me dicen: «Oye, tú eres Rundy?»

Me quedo alucinado. Es un forero que se lee los diarios pero no participa. Al parecer me ha reconocido por la foto que colgué ayer.

Me ha hecho mucha ilusión.

Se llama José Luis, le he dicho que luego pase por aquí, salude y nos cuente sus impresiones.

El objetivo de la carrera va a ser terminar antes de 55 minutos, lo que supone un ritmo medio mejor que 5:30 /Km, estableciendo mi mejor marca personal.

La cuestión era a qué velocidad habría que configurar a ForeRundy. Plantarle directamente a 5:30 iba a ser demasiado estresante psicológicamente. Decido dejarlo como está, a 5:55 /Km, pues me resulta muy estimulante ver cómo le voy sacando ventaja rápidamente segundo tras segundo.

Para no comprometer el objetivo, tengo a mano una presentación del Forerunner que me irá mostrando el ritmo medio durante toda la carrera.

La metodología será la de otras veces: empujar fuerte por encima del objetivo propuesto, tratar de mantener el mayor tiempo posible sin comprometer el resultado final para, si es preciso, devolver la ventaja.

Y arrancamos con mucha fuerza, una vez superado el tapón inicial.

A mi colega Ismael lo pierdo desde el primer momento. José Luis anda algo detrás mía y no lo vuelvo a ver hasta poco después de alcanzar la meta.

Santi va reportando los ritmos kilómetro a kilómetro. Yo tengo puesta la pantalla de ForeRundy y por lo rápido que le sacamos ventaja sé que estamos rodando bastante por debajo de 5:30/Km.

Rodamos a 5:10 /Km y entorno. Es la fase de acumulación de ritmo, pero no demasiado rápido para no quemarse.

Una carrera preciosa bordeando todo el centro de Sevilla. La más bonita hasta ahora.

Y proseguimos con dureza.

Hasta el kilómetro 5 no aparece el primer avituallamiento, donde aprovecho para renovar la botella de agua que llevaba en mi mano. Hace mucho calor.

No sé en qué momento pasamos el control de paso de chip.

La cuestión es que el kilómetro 5 para mí es decisivo. Una vez lo alcanzo es como si la carrera hubiese terminado ya con el objetivo cumplido. Me digo a mi mismo que es ya una simple «cuestión de técnica».

Santi sigue fuerte y dejo que se despegue a hacer el carrerón de su vida. Yo conmuto a la pantalla de ritmo medio, que será la que me guíe ya hasta el final de la carrera.

Comienzo a devolver ritmo muy gradualmente mientras se suceden los kilómetros uno tras uno. Recuerdo que con lograr 5:29 habría triunfado.

El final se hace bastante largo. Parece ser que ha habido un cambio de ruta al final que nos confunde un poco haciéndonos creer que la meta estaba más cerca de lo que parecía.

Último kilómetro. Voy sosteniendo 5:25 /Km desde hace un rato. La cuenta atrás ya, metro tras metro.

Entro en meta alzando los brazos y mostrando el gesto de la victoria. Hay que lograr una buena pose, que mañana nos esperan los videos de la entrada en corriendovoy.

54 minutos, 10 segundos, TIEMPO REAL confirmado por la organización. Ritmo medio de 5:25 /Km, objetivo logrado con creces y mejor marca personal!

En meta me encuentro con Santi y, al momento, Ismael. Algo después nos juntamos con José Luis, que también ha hecho una carrera tremenda, y eso que empezó con esto a mediados de enero. A ver si se asoma por aquí y nos cuenta algo.

Ahora la gran incógnita es saber si Santi ha ganado a Fermín Cacho, o no. En un principio parece que sí, pero lo que nos dijo Maite Zúñiga después nos hizo dudar.

Voy ahora con eso, paciencia…

Estiramos como mandan los cánones. En un momento de la euforia, anunciamos oficialmente que vamos a correr nuestra primera media en noviembre, en Dos Hermanas.

En la zona de llegada me encuentro con Gala y María, dos amigas que conocí ayer en el entrenamiento y también están disfrutando del buen sabor que da llegar a meta.

Hablando con ellas aparece Maite Zúñiga. Le hacemos un gesto para que se acerque. María está protestando porque la organización prometió unas bolsas de regalo después y una desgustación que aparentemente sólo estaba preparada para los VIPS. Maite se defiende diciendo que ella no es organización.

Le preguntamos si ha corrido o no, pues parecía muy entera. Nos contesta que no, pues ayer se lesionó en el cuádriceps ayer durante la exhibición corredores contra caballos.

Lo paradójico es que no se lesionó durante la carrera (en la que ganaron los corredores, representados por ella, Fermín Cacho y Penti), sino que después tratando de subirse a uno.

Estaba afectada porque tenía un pique personal con Fermín Cacho y la cuestión era cuál iba a hacer mejor tiempo de los dos. Fermín corrió la anterior carrera en 54 minutos y pico (más que yo esta!!!), pero se ha estado preparando y hoy la ha hecho en 46 minutos, rebajando mucho de la anterior. Para ella era hoy o nunca. Dice que ya no podrá pillarlo en las siguientes del circuito.

Ahí está la duda. Si de verdad son 46 minutos, Fermín habría entrado bastante antes que Santi, lo cual no cuadra, pues él asegura que lo adelantó llegando a meta.

Cuando estén los datos definitivos disiparemos las dudas.

Nos despedimos de Maite y, delante, vemos a Penti. Nos acercamos y le pregunto qué tal le ha ido.

«Bien, he ganado», me contesta. ¿En cuánto, le digo? «En 29 minutos, contesta».

¿Sabéis lo que significa eso? Que se ha papeado los diez kilómetros a un ritmo de dos y pico minutos por kilómetro. Espeluznante, sobrehumano.

Alguien dice que ya han colgado los resultados. Nos acercamos y me busco, pero no encuentro mi nombre. Me localizo por el dorsal, pero en la columna nombre aparece «Dorsal sin datos». Observo que hay muchos en ese estado.

Los tiempos figuran en dos columnas. Por un lado hay una que es «Tiempo oficial», y otra, al lado «Tiempo real». El primero es desde que se produce el disparo de salida y el segundo desde que se activa tu salida real gracias al paso del chip bajo el arco.

El primero no lo recuerdo, unos pocos segundos más que el segundo, que es con el que me quedo, el etiquetado como «Tiempo real».

Me indican que me acerque a la caseta de Incidencias para solucionar lo del nombre.

Lo hago. Facilito mis datos y solucionan el entuerto.

Bici de vuelta a casa y a disfrutar de la victoria…

Denominación: Carrera «Divina Pastora – Sevilla», 2011, 10K homologados RFEA
Exigencia: 5
Distancia: 10 kilómetros
Tiempo empleado: 54′ 10″ – Mejor marca personal
Ritmo medio: 5:25 /Km
FC media: 164 ppm

XX Carrera Popular Triana – Los Remedios

Domingo, 3 de abril de 2011

Cuarta carrera popular de la serie intensiva que organiza el IMD en Sevilla y que comenzó a finales de febrero, esta vez por el emblemático barrio de Triana.

Uno, siendo aún muy principiante, va ganando veteranía y hoy ya puedo decir que no quedaba nada de esos nervios de las carreras primeras. Va convirtiénse en rutina eso de madrugar los domingos para salir a correr una popular.

El día de antes, mucha pasta y buena cantidad de agua para mantener la despensa llena para la carrera.

Me acosté relativamente tarde y no me preocupé ni de dejar la ropa preparada, como hasta ahora había hecho siempre la noche antes.

Debo dejar clara una cosa: aunque ya vaya más relajado a las carreras, no significa que no acude a ellas rebosante de ilusión. ¡Eso no ha cambiado en absoluto!

Suena el despertador a las siete menos diez. Me ducho, me visto sin prisas y desayuno tranquilamente un zumo de naranja, una tostada con ajo y aceite y un vaso de leche.

Algo después de las ocho de la mañana salgo a la calle y tomo el circular C1, que pasa delante del Parque de los Príncipes, donde se celebrará la prueba.

Ya entrando en el parque, recibo una llamada de Santi diciéndome que Marcos y él están en el guardarropa.

Santi me presenta a Marcos (Marc Tracker), que va a hacer su debut en una popular tras apenas un mes dedicándose a entrenar en serio. Si habéis leído sus entrenamientos veréis que sus marcas son sorprendentes para el poco tiempo que lleva en esto, algo que confirmó con creces en la carrera de hoy.

Al rato llega Ismael, mi colega del curro, que también ha corrido en las demás populares.

Dejamos a Santi, que ha acudido sólo a presentar a Marcos en sociedad, reconcomiéndose por no correr hoy. Menos mal que no se ha traído equipación, que si no era capaz de lanzarse aún estando lesionado.

Ismael, Marcos y yo comenzamos a correr con suavidad alrededor del parque para calentar. Habrá sido algo así como un kilometrito.

Despedimos a Santi y nos posicionamos en la salida, bastante adelante en el pelotón, aunque no tanto como la vez pasada.

Arranco el 305 y lo configuro para la ocasión: Auto Lap on cada 500 metros, para ir recibiendo reportes frecuentes por tramos. A la hora de configurar a ForeRundy a 6’/Km me sale un mensaje diciéndome que eso está descatalogado ya… Consigo que me vendan un 5:55/Km.

Espero derrotar esa media con creces, pero, si las cosas se pusieran chungas, ese resultado me seguiría pareciendo excelente.

Comenzamos la carrera. A Ismael lo pierdo desde el primer momento, Marcos permanece (de momento) a mi lado.

No tardamos en pillar a ForeRundy y activamos un ritmo astronómico…

Cuando sobrepasamos el kilómetro 2 y vemos que estamos rodando a una media de 5:10 el kilómetro, llega el momento de empezar a tomar decisiones.

A Marcos lo veo muy fuerte, a unos dos metros por delante de mí. Tengo la sensación de que lo voy frenando y él de que me va aprentando demasiado a mí.

No puedo arriesgarme a ir a ese ritmo en la carrera y decidimos que lo mejor es separarnos.

Mi estrategia no va ser simplemente intentar ganar a ForeRundy, sino rodar siempre a un ritmo más rápido que él, no devolverle ni un solo metro. Me siento muy bien, he descendido el ritmo para ir situándome alrededor de 5:30. Si las cosas se complican espero poder recuperar a 5:45 lo más lento.

Muy concentrado en la carrera, ahora que voy solo. Voy tan a mi rollo que si tuviera que volver a recorrer el camino otra vez no sabría por donde tirar.

Un conductor guasón pregunta cómo hacer para llegar a la Avenida de la República Argentina. «Anda que vamos a sacar un mapa ahora», les digo a los de un grupo que me acompaña en ese momento. «Es de broma», me contesta uno, «República Argentina es la paralela a esta calle». Sólo en ese momento tomo conciencia de dónde estoy. Curioso lo perdido que voy.

Alguna que otra cuestecita para darle sabor al asunto y van pasando los kilómetros sin prisa. Estamos teniendo suerte y no llueve, de momento. La previsión era de lluvia, pero parece que está aguantando.

Mucho calor y mucha humedad, eso sí. Voy sudando la gota gorda. Trinqué una botella en el kilómetro tres y ya voy por la segunda.

Alcanzo al fin el kilómetro nueve. Ya sólo queda un kilómetro (esta carrera sí que apura los 10K, las otras fueron varios centenares de metros menos). Me siento muy bien para mantener lo que me queda a un ritmo bueno.

Y entro en meta triunfalmente! Subidón instantáneo. Lectura del código de barras. Despistado, detengo el Garmin algunos segundos después.

Recojo la bolsa con los regalitos y me encuentro con Marcos, que ha terminado con una «marca» brutal. Ahora nos contará él en su crónica.

Estiramos un poco y paladeamos nuestros respectivos triunfos.

La sensación tan particular después de una carrera es indescriptible y sólo lo puede comprender quien participa en una.

A la salida del parque nos encontramos con Jesús Palacios, un colega mío compañero del curro, y que es delegado provincial de la Federación Andaluza de Atletismo. Es el que iba en el coche con el cronómetro delante. Jesús es uno de los que se papean los 10k en menos de 35 minutos. Últimamente no tiene mucho tiempo para correr y se dedica a entrenar a sus atletas, como él los llama, en La Cartuja.

Me despido de Marcos hasta dentro de un rato en el foro.

Cojo el autobús de vuelta a casa, me tomo la barrita energética que venía entre los regalos y doy por terminado este relato.

Y ahora a las cifras, que estamos todos ansiosos…

En una primera consulta al ForeRunner me salía un ritmo medio de 5:43. No está mal, pensé… NOOOOO

Ese era el ritmo de la última vuelta! El ritmo medio de toda la carrera ha sido de 5:36 /Km (en realidad, incluso mejor, pues no estoy descontando los segundos que estuve parado tras la lectura de barras).

Mi mejor marca personal hasta el momento. La carrera anterior la rodé a 5:40.

Voy, poco a poco, aproximándome a los 5:30 en las carreras de 10 kilómetros.

Denominación: XX Popular Triana – Los Remedios
Exigencia: 5
Distancia: 9’93 Km
Tiempo: 55′ 40″ (realmente, algo inferior, por tardar en apagar el GPS)–> 55′ 22″ Resultado oficial
Ritmo medio: 5:36 /Km (mejor marca personal)
Frecuencia cardíaca media: 165 ppm

Próxima carrera: 10K Divina Pastora – Sevilla, el domingo que viene.

XXII Carrera Popular Nervión – San Pablo MEMORIAL Luis Cobacho

Tercera popular desde que me lancé al mundillo de la competición hace justo hoy un mes. Pertenece a la serie de carreras populares que organiza el IMD en Sevilla.

Mirando un poco retrospectivamente, no mucho, me cuesta creer que la persona que ahora está escribiendo esto sea yo.

Es indudable que ya no soy el mismo. Después de la carrera lo comentaba con Santi, compañero del foro: este deporte nos está cambiando, para bien, en muchos sentidos.

Y, sin duda, lo mejor está aún por llegar.

Y ahora, vamos al asunto en cuestión.

Del día anterior, nada interesante que destacar. Es una lástima que uno se vaya haciendo más veterano en estas cosas y pierda las emociones de las primeras veces. Comí y cené pasta, eso sí. Preparé mis cosas, ya algo rutinariamente y me fui a acostar relativamente tarde, permitiéndome incluso leer durante un buen rato antes de pegar ojo.

Ni siquiera hubo pesadillas. Sé que dormí de un tirón y no recuerdo nada de lo que soñé.

Qué lástima, de verdad. ¡Qué lastima!

Me desperté más tarde que en las otras ocasiones y, sin prisa alguna, me duché, vestí y desayuné.

Cogí la bicicleta y la amarré a la entrada del parque de la Buhaira, lugar donde daría inicio y fin la prueba…

Llego temprano, voy sobrado de tiempo, pero me gusta disfrutar del ambientillo inicial pre-carrera, cuando la organización aún está ultimando la preparación del evento.

Al rato me encuentro con Ismael, un compañero del curro que también está participando en esta serie de carreras. Sus objetivos distan aún bastante de los míos, pues pretende hacer el recorrido en menos de 50 minutos, así que sé que en cuanto comencemos dejaré de verlo.

Voy calentando y estirando con suavidad. No es gran cosa, pero suficiente.

Poco a poco se va llenando de gente. Me encuentro a un grupo de tres africanos que tienen pinta de que van a partir la pana en la carrera.

Siguiendo los consejos que Linense indicó en el foro al comentar mi carrera anterior, decido ponerme más adelante en la salida.

Pero no es que me pusiera más adelante sólo. Es que me coloqué en la mismísima línea de salida.

Recibo un mensaje de Santi diciéndome que está aparcando y que en cinco minutos estará allí. Le indico que me busque en la línea de salida, donde se posicionan los campeones.

No tarda en aparecer. Quedan pocos minutos para que comience el show. En cabecera de salida, miro hacia atrás y me temo, por un momento, ser aplastado por la peña que saldrá rodando sub 5′.

Fore programado a 6’/Km, ritmo que, como dije, es el mínimo que se despacha ya tras varias populares a nuestras espaldas.

Y comenzamos…

A Ismael, mi colega del curro, no vuelvo a verlo, como era de esperar.

Santi y yo, que no estamos atrapados en ningún tapón, comenzamos corriendo desde el primer momento ampliamente sub 6′, con lo cual ForeRundy se queda atrás desde el inicio mismo de la carrera.

Quiero recordar que, en la anterior, no fue hasta el kilómetro 4 cuando alcanzamos a nuestra liebre virtual.

Nuestro ritmo es duro. El pelotón que va con nosotros está rodando muy fuerte y eso también nos contagia. Pero nos adelantan muchísimos, todo hay que decirlo.

Me cuestiono si seremos capaces de sostener el ritmo y no nos quedaremos sin fuerzas antes de tiempo.

Para evitar problemas, activo el MODE SUFRIMIENTO ON, con lo que sé que completaré la prueba, aún a costa de dejarme el alma en el intento.

La distancia que le sacamos a ForeRundy aumenta a un ritmo impresionante.

Primera cuesta cruzando el puente sobre las vías del tren. Es durilla, pero hago caso a Santi y mantenemos la cadencia de piernas, pero con zancada más corta. Noto como las pulsaciones suben. En el descenso, lejos de apretar, aprovecho para restablecer el ritmo cardíaco para poder tirar con fuerza de nuevo.

La concentración es clave en estos momentos. No pensar en lo que te queda, sólo estar ahí. Me concentro en mi 4×4 respiratorio, el mismo que empleo en los entrenamientos.

Superamos el kilómetro 5 y entramos en lo que para mí ya es el final de la carrera. Una vez se supera la mitad, el resto está ya hecho. Es sólo cuestión de ir descontando kilómetros con paciencia.

Pero el MODE Sufrimiento ON sigue activado y afrontamos la cuesta de El Greco. Una vez concluida, lo peor ya habrá pasado: los kilómetros finales serán en llano o descenso.

Decido modificar el ritmo respiratorio a 2×2, que ya no abandonaré hasta entrar en meta.

Aproximadamente sobre el kilómetro 8 damos alcance a uno de los africanos que se suponía debería estar partiendo la pana en la meta ya… Se le notaba bastante asfixiado. Parece que calculó mal y se pasó de rosca.

Nos sentimos triunfales tras adelantar al africano. No podía ser menos, nuestro ritmo gaLÁCTICO se lo merecía.

A un kilómetro de la meta Santi decide despegarse, como hizo ya la vez anterior, para dejarse la piel al final.

Yo voy en modo sufrimiento, pero bien. No tanto como para ponerme a esprintar. Eso sí, no tengo la menor intención de devolver ni un mísero metro de la distancia que le saco a ForeRundy, así que mantengo el ritmo duro.

Entro en meta en 53′ 57″ . Toda una absoluta PASADA!!!!!

Recogida de camisetas, cervecita isotónica de rigor y a estirar…

Denominación: XXII Carrera Popular Nervión – San Pablo MEMORIAL Luis Cobacho
Exigencia: 5
Hora de inicio: 9:30
Distancia: 10 Kmps = 9’51 Km (1 Kmp, kilómetro popular, equivale a 0’95 Km)
Tiempo: 53:57 (a falta de confirmar el tiempo oficial)
Ritmo medio: 5:40
Velocidad media: 10’6 Km/h
Consumo energético: 768 Kcal
FC media: 164 ppm
FC máxima: 172 ppm

Todo un éxito. ¡Qué sensación tan gratificante!

Próxima carrera: popular de Triana, el 3 de abril.

XXV Carrera Popular Este

Esta es la crónica de la «XXV Carrera Popular Este», inscrita en el marco de carreras populares que organiza el Instituto Municipal de Deportes de Sevilla, tal y como Rundy la publicó en el Foro de Atletismo (www.forodeatletismo.com) el mismo día de la prueba.

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Domingo, 6 de marzo de 2011

Por fin llegó el día esperado. Santidecai y yo tenemos una cita con el destino en forma de carrera popular, la segunda de la temporada.

A diferencia de la vez anterior, en la carrera popular Macarena, hace dos semanas, ayer no me atiborré a palomitas ni a coca cola. Me recogí en casa y sólo estuve fuera un par de horas durante la mañana para hacer algo de deporte en el gimnasio.

A última hora del día, preparo todo: camiseta, mallas, gps, pañuelos de papel, pulsómetro, calcetines, visera, DNI, móvil, dinero, etc…, de modo que no deje nada olvidado y pueda salir sin prisas de casa.

A las 23:30 estaba ya en la cama, con el despertador programado a las 6:30 de la mañana.

En esta ocasión no me pasé la noche entera corriendo, al menos, pero fue mucho peor…

Estuve la noche entera buscando un aparcamiento para el coche lo más cerca posible del lugar de la carrera y di vueltas y vueltas y me fue absolutamente imposible aparcar. La carrera iba a comenzar y yo sin lograr desembarazarme del coche.

En eso me desperté: tres y cuarto de la madrugada y los ojos como platos.

No sé cuánto tardé en dormirme de nuevo, pero estimo que, al menos, fue hora y media.

La cuestión es que, a las seis y media en punto suena, sin compasión alguna, el despertador. Horror.

Me planto bajo la ducha caliente hasta que, más o menos, consigo despertarme y darle algo de ánimo al cuerpo.

Mucho mejor.

Me preparo un zumo de naranja, una tostada con jamón york y un vaso de leche. Me pongo mi ropa de carreras ultrasónica y me lanzo a la calle.

Naturalmente, después de la pesadilla de anoche, ni me planteo coger el coche. Tomo un taxi que me deja en el parque Amate.

Busco el guardarropa y deposito el cortavientos y me quedo solo con una camiseta fina.

Doy un par de vueltas a un campo de fútbol y me pongo a calentar.

Entonces me encuentro a Santi. Temía no encontrármelo si se colocaba pronto en la fila de salida.

Más de 3000 participantes. Nos situamos cerca del final, no tenemos necesidad de pelearnos por las marcas.

Programo a ForeRundy para que tire de nosotros a 6′ /Km, que es el objetivo previsto. Nuestra estrategia es muy sencilla: bastará con llegar a meta un metro antes que ForeRundy para haber logrado el objetivo. Somos conscientes de que, mientras el pelotón se dispersa, no podremos rodar a nuestro ritmo y nos sacará mucha ventaja. La clave consistirá en no agobiarse y no tener prisa en alcanzarlo, son muchos kilómetros los que hay por delante. Una vez alcanzado, aumentaremos la distancia que nos separa de él a un ritmo cómodo para, finalmente, si llegara el caso, devolvérsela controladamente si nos viéramos escasos de energía.

Comienza el show.

Tapón, naturalmente. Imagino que esto debe de ser la tónica general en este tipo de eventos. Como era previsible, ForeRundy nos saca una ventaja del copón.

Pero no tenemos prisa, ya caerá… Aprovechamos para ir calentando con cuidado.

Encontramos, al fin, un ritmo cómodo, ya sub 6. Es cuestión de tiempo que pillemos a nuestra liebre virtual. Las matemáticas no fallan.

Pasamos por el primer puesto de avituallamiento. No necesito agua, pues llevo una en mi mano desde el mismo comienzo de la carrera y voy bebiendo a buches con periodicidad.

Primera cuesta. Santi me da consejos de como superarla con éxito, manteniendo el ritmo de piernas pero acortando la zancada.

Lo malo es que perdemos parte de la distancia que ya habíamos recuperado a nuestra liebre.

Al fin llega el gran momento. Próximos ya al kilómetro 4, alcanzamos a ForeRundy, lo que significa que, en ese preciso momento, nuestra media ya es 6’/Km, contando con eso todo el tiempo perdido en el tapón. Le damos una colleja al pasar.

El pelotón se va diluyendo y nos es más fácil realizar los adelantamientos, uno tras otro. Apenas nos adelanta gente.

Y seguimos aumentando la distancia de separación. Esto va viento en popa.

Como a ForeRundy lo llevamos detrás de nosotros ya, para no tener que estar cada dos por tres girando la cabeza para ver por dónde anda, optamos por seguir a una liebre «curvilínea», de carne y hueso, que va delante de nosotros, justo a nuestro ritmo.

Segunda cuesta. No nos supone apenas esfuerzo y apenas nos vemos obligados a reducir el ritmo.

Entramos en el parque dispuestos a acometer los kilómetros finales en su interior. Nuestra sugerente liebre se ha quedado atrás ya, que se le va a hacer.

Más o menos, a un kilómetro de la meta, me pregunta Santi si no me importa si aprieta dejándose el resto. Le contesto que por supuesto que no, que faltaría más, que le pegue fuerte. Yo prefiero mantener el ritmo. El objetivo está ya prácticamente logrado y no siento necesidad de esprintar.

Así que, ahí va Santi adelantando gente sin compasión alguna. Yo me mantengo y sigo incrementando la separación con ForeRundy.

Entro en meta en 57′ 16″. Le he sacado a la liebre virtual más de doscientos metros (in crescendo, no ha habido necesidad de «devolver» ni un solo metro).

Termino pletórico y sin sensación de cansancio alguno. Todo un triunfo y el fruto de muchos días de esfuerzo.

Recogemos las bolsas de regalo y nos tomamos la cerveza isotónica que nos ofrecen.

Denominación: XXV Carrera Popular Este
Exigencia: 5
Hora de inicio: 9:29
Distancia recorrida: 9,76 Km
Tiempo empleado: 56′ 42 » (tiempo oficial)
Ritmo medio: 5:52 /Km
Velocidad media: 10’2 Km/h
Consumo energético: 788 Kcal
FC Media: 162
FC Máxima: 169

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Un gran progreso teniendo en cuenta que no hace dos meses aún desde que me calcé las zapatillas por primera vez para lanzarme a correr sobre el asfalto.

Próxima prueba: la carrera popular Nervión, el 20 de marzo.

XXVIII Carrera Popular Macarena

Acabo de perder la virginidad. Me he metido p’al cuerpo mi primera carrera popular.

Retrocedamos hasta la tarde del sábado…

Para relajarme, me voy al cine a ver «El cisne negro», me pongo hasta el culo de palomitas (con la de sal que tiene eso) y me trinco una coca cola de esas enormes que te ponen con ellas. Me parece que no es lo más adecuado si uno tiene que patearse 10 km al día siguiente, pero en fin…

En casa me ceno unos macarrones y a las once y algo ya estoy en el catre.

Una noche horrible, apenas he pegado ojo. No sé si serían los nervios de la prueba, la coca cola o qué, pero a las dos me he desvelado. He tardado varias horas en dormirme de nuevo. Y ahora la pesadilla:

He soñado que estaba corriendo en una competición.

El sueño no tiene desperdicio: cuando llevo varios kilómetros me encuentro que hay que hacer una serie de test mentales y problemas. Me parece extraño, pero empiezo a resolverlos. Al rato, alguien me dice: «oye, que esto no es obligatorio, puedes seguir corriendo». Cielo santo, pienso, me habrán pasado todos. Me pongo a correr de nuevo, pero esta vez en dirección contraria, pues quiero comprobar por dónde va el coche escoba. Cuando al fin lo veo, me pongo contento, doy la vuelta y sigo corriendo ya en el sentido de la marcha.

En un momento dado, llego a una avenida que cruza perpendicular y le pregunto a uno que dirección tomar, si a la izquierda o la derecha. Me dice que a la izquierda, pero otro se acerca y me dice que no, que han tirado por la derecha. No hay ni Dios en la calle… No sé cómo siguió.

A las 7 en punto de la mañana suena el despertador. Con un aspecto horrible de no haber descansado me meto bajo la ducha a despejarme. Desayuno un zumo de naranja, una tostada y un vaso de leche y me pongo la indumentaria para el asunto: 100% Kalenji del De_cartón, salvo las Mizuno a los pies. Aderezo con un gorro blanco y una braga para el cuello.

Cojo el coche y aparco como puedo en un polígono industrial que está pegado al parque.

La marabunta de gente estirando y trotando como si ya hubiera empezado la carrera. ¡Qué ambientazo!

Me encuentro con un colega del curro que también se ha apuntado.

Caliento dando saltos y estiro un poco. Hace una mañana preciosa que promete ser calurosa.

Colocado ya para el pistoletazo de salida, que estaba previsto a las 9:30.

No sé cuántos miles de personas estábamos allí. Pobre del que pudiera tropezar y caer.

Con algo de retraso comenzamos a arrancar. Un embudo horrible a la salida del parque, la organización ya podría haber sido más hábil en esto.

¡¡¡No pude empezar a correr hasta que no hubieron pasado 4 minutos 20 segundos!!!

Al fin comenzamos a trotar en manada. Poco a poco voy adelantando gente. Estoy rodando entre 5:30 y 5:45 y me noto fantástico, muy suelto de piernas. Será el efecto dorsal famoso o el hecho de estar acompañado por tanta gente, pero la verdad es que uno da más de sí.

Temo no poder sostener esa velocidad y me planteo si debería bajarla, no sea que no pueda cumplir el objetivo de llegar por un mal planteamiento de la carrera. Pero se está tan bien entre la gente que decido mantenerlo.

Cojo una botella de agua en el primero de los puestos de avituallamiento. Echo un trago de mala manera y la sostengo conmigo para el resto de la carrera. Mi corazón está de lleno en zona anaeróbica y se me hace difícil beber así sin aliento que me sobre.

Y sigo adelantando gente. Veo a muchos abandonar, algunos lesionados.

Comenzamos el ascenso a la carretera de Carmona y aparece el indicador de kilómetro 6 poco más adelante. Sigo manteniendo un ritmo intenso (para mí) inferior a los 6 por kilómetro, no doy crédito.

Entramos en el parque de nuevo, donde nos esperan varios kilómetros más de recorrido. Se me empieza a hacer eterno, pero sigo manteniendo mi ritmo.

Una cuesta arriba de nuevo sobre el kilómetro ocho y empieza a venirme el bajón. En un momento dado temo desmayarme si no aflojo. A la vez una sensación de náuseas y unas ganas tremendas de giñar. Es como si el cuerpo decidiera desprenderse de todo como medida extrema.

Me quito la braga del cuello (el gorro me lo quité sobre el kilómetro siete para oxigenarme mejor a través de la cabeza recién rapada), bajo un poco la marcha y las sensaciones agónicas desaparecen, pero soy consciente de que no podré aguantar mucho más así. Afortunadamente, ya veo a lo lejos la línea de meta.

Entro en 57 minutos 37 segundos. Es que ni me lo creo. Unos segundos más y me acerco a uno de los pasillos de entrada donde me leen el código de barras que lleva mi dorsal y dará el tiempo definitivo que se publique en la web.

Me coloco en otro pasillo donde me dan una bolsa con cosas.

¡¡¡Qué subidón!!! Me siento el rey del mambo, la vida es preciosa…

Mal estiro, comparto el triunfo con otros compis del curro que he visto y, visto que no nos dan tickets con nuestra marca (al parecer, otros años lo han hecho), regreso a casa.

Conclusiones:

La organización marcaba una distancia de 9’9 Km. Mi GPS indicaba 9,46 Km.

Salvo los minutos perdidos iniciales, he estado rodando a un ritmo por debajo de los 6′ /Km. Siempre estuve rodando por debajo de 6. El kilómetro del bajón estuve corriendo a 6:02.

Las pulsaciones peor que nunca, completamente anaeróbico, pero más feliz que unas castañuelas. Frecuencia cardiaca media: 161 ppm y frecuencia cardíaca máxima: 175 ppm justo cuando pensé que podría desmayarme y bajé el ritmo.

Y eso es todo!!!!!! Ahora voy a llamar a mi madre y se lo cuento.

Por cierto, hace un día precioso de sol en Sevilla. Me voy a poner hasta el culo de cervezas pero YA!!!!

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