Ajedrez y LaTeX: Inserción de variantes

Objetivo: aprender a insertar variantes al anotar una partida de ajedrez en LaTeX.

Con el comando \mainline del paquete skak aprendimos a anotar una partida de ajedrez en \LaTeX. Sin embargo, la transcripción era lineal, indicando cada jugada consecutivamente de principio a fin.

Para poder insertar variantes disponemos de otro comando: \variation

Ilustraremos su uso transcribiendo una pequeña miniatura del siglo XVIII jugada por François Antoine Legal, uno de los mejores jugadores de su época. El remate final que se ilustra en esta partida fue bautizado posteriormente como Mate de Legal, en honor a su brillante ejecutor.

Esta es una muestra del PDF que obtendremos. El código aparecerá a continuación:

legal-2

No están del todo claros ni la fecha, ni el nombre del rival de Legal, ni las jugadas exactas que condujeron a este remate final que debe formar parte del bagaje táctico de todo principiante. Es una celada típica que puede darse en determinadas variantes de algunas aperturas abiertas.

Siempre me ha llamado la atención, al reproducir partidas de la era romántica, la suerte de código de honor no explícito que hasta cierto punto obligaba a aceptar cualquier sacrificio de pieza en virtud de la belleza de la creación final. El jaque en f7 y el posterior mate en d5 resultaban evidentes a poco nivel que tuviera el jugador que conducía las negras. Desde luego, pese a ser en ese momento el mejor jugador de Francia (y probablemente del mundo entero) pocos recordarían hoy día a Legal si su contrario no hubiese tomado esa dama.

Este es el código \LaTeX original:

\documentclass{article}
\usepackage[spanish]{babel}
\usepackage[utf8]{inputenc}
\usepackage{parskip}
\usepackage{skak}  

\begin{document}
\textbf{Blancas:} Legal

\textbf{Negras:} Saint-Brie

\textit{París, 1750}
\\

\newgame
\mainline{1. e4 e5 2. Nf3 d6}

La defensa de Philidor que, curiosamente, fue alumno de Legal.

\mainline{3. Bc4 Bg4 4. Nc3 g6}

Esta jugada pierde un peón. Lo propio era haber desarrollado 
el caballo, \variation{4...Nf6}.

\mainline{5. Nxe5 Bxd1??}

Pero esta otra decide inmediatamente el resultado. Era necesario
contener esa voracidad fatídica tomando simplemente el caballo y
aceptando con humildad la pérdida del peón: \variation{5... dxe5 6. Qxg4}.

\mainline{6. Bxf7+ Ke7 7. Nd5#}

\showboard

\end{document}

Presta mucha atención a los comandos ajedrecísticos, particularmente a \variation, con el que hemos introducido las anotaciones en los comentarios.

Fiel al espíritu de \LaTeX: limítate a indicar qué deseas hacer, recurriendo a comandos semánticos, y deja que \LaTeX y sus compinches se ocupen de las consideraciones de diseño.

Javier Montero Gabarró


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Índice completo de artículos relacionados con \LaTeX.

Ajedrez y LaTeX: Anotación de una partida

Objetivo: utilización del paquete skak para anotar una partida de ajedrez en LaTeX.

En el anterior artículo de esta serie introdujimos el paquete skak como herramienta para la generación de textos relacionados con el ajedrez en LaTeX y aprendimos a dibujar un sencillo tablero y a colocar las piezas sobre él en su posición original. Hoy moveremos pieza y realizaremos la transcripción de una partida completa.

He elegido como ejemplo un clásico que, sin duda, todo ajedrecista conocerá y que para mí tiene un significado especial, pues es la primera partida que tengo conciencia de haber reproducido de un libro que teníamos en mi casa cuando yo era muy pequeño. El primero de una colección de más de un centenar de libros de ajedrez que le seguirían después.

Lamentablemente, en algún momento debí de perderle el rastro. No sé si se quedó en casa de mis padres o lo cogió mi hermano tras el reparto de libros que hicimos cuando, con nuestras oposiciones recién aprobadas, tuvimos que abandonar el hogar y separarnos más de mil kilómetros el uno del otro para ganarnos la vida.

Pero recuerdo que aquel libro me ayudó a dar mis primeros pasos ajedrecísticos. Con él aprendí a realizar los mates sencillos, las aperturas básicas… Entre la colección de partidas de ejemplo figuraba una especialmente bella y que quedó marcada para siempre en mi memoria.

Me refiero a la mítica partida celebrada en 1858 en París, durante una representación de «El barbero de Sevilla», entre Paul Morphy y dos aficionados locales en consulta, el Dunque de Brunswick y el Conde Isouard.

El paquete skak nos ofrece el comando \mainline para la introducción de la línea principal de la partida. Su nombre nos sugiere la existencia de otro comando específico para la introducción de variantes del que nos ocuparemos próximamente.

Facilitamos, entre llaves, las jugadas de la partida escritas en notación algebraica corta (el libro, naturalmente, empleaba la notación descriptiva; tardamos muchos años en hacer obligatorio en España el sistema algebraico en las competiciones).

Es importante tener en cuenta que las piezas deben ser indicadas en terminología inglesa. Esto es:

K – Rey (King)
Q – Dama (Queen)
R – Torre (Rook)
N – Caballo (Knight)
B – Alfil (Bishop)

Más adelante veremos cómo personalizar la entrada para nuestro idioma.

Por la salida no debemos preocuparnos, pues skak adopta la representación universal basada en figurines popularizada por el Informator.

Que comience el espectáculo:

\mainline{1. e4 e5 2. Nf3 d6}

Asegúrate de que tras el número de cada jugada haya siempre un punto (aunque luego no aparecerá en la salida), de lo contrario no te compilará el código.

Cierra las llaves en el momento que quieras para introducir comentarios o para representar un diagrama con la posición actual empleando \showboard.

\newgame
\mainline{1. e4 e5 2.  Nf3 d6} 

\showboard

La  Defensa Philidor, muy popular en la época.

morphy

Este es el código completo, incluido el preámbulo, de la transcripción de la partida. Observa como, tras cada interrupción, continuamos la línea principal con sucesivos comandos \mainline.

\documentclass{article}
\usepackage[spanish]{babel}
\usepackage[utf8]{inputenc}
\usepackage{parskip}
\usepackage{skak}  

\begin{document}

\textbf{Blancas:} Morphy

\textbf{Negras:} Duque de Brunswick y Conde Isouard

\textit{Paris, 1858}

\newgame
\mainline{1. e4 e5 2. Nf3 d6} 

\showboard

La  Defensa Philidor, muy popular en la época.

\mainline{3. d4 Bg4 4.dxe5 Bxf3 5.Qxf3 dxe5 6.Bc4 Nf6 7.Qb3 Qe7 8.Nc3 c6 9.Bg5 b5}

\showboard

\mainline{10.Nxb5 cxb5 11.Bxb5+ Nbd7 12. O-O-O}

\showboard

\mainline{12... Rd8 13. Rxd7  Rxd7 14. Rd1 Qe6 15. Bxd7+ Nxd7 16. Qb8+ Nxb8 17. Rd8#}

\showboard

Un elegante remate.

\end{document}

Presta atención a cómo hemos continuado la partida tras la jugada 12 del blanco. Observa también el uso de la O mayúscula en vez del cero para el enroque, así como el símbolo # para el jaque mate.

morphy-2

morphy-3

Partidas como esta pueden causar profunda impresión en quien empieza a interesarse por el ajedrez. Poco después llegarían la «Siempreviva» y la «Inmortal», ambas producto del genio combinativo de Anderssen. Una ventana a un mundo mágico se descubría ante mí.

Javier Montero Gabarró


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Índice completo de artículos relacionados con \LaTeX.

Ajedrez y LaTeX

Objetivo: aprender a generar documentos relacionados con el ajedrez empleando \LaTeX.

Siempre he dicho que un tablero de ajedrez es como una ventana a otro mundo.

Qué tiene el ajedrez que una vez te pica el gusanillo formará parte de ti durante toda la vida… Podrás pasar temporadas apartándolo de tu lado, hastiado, quizás agotado, pero sabes que la llama nunca se apagará y bastará un comentario en algún medio, una partida, un libro que hojees, para que otra vez vuelvas a entregarte con pasión en los brazos de Caissa.

A los que adoramos el ajedrez nos gusta hablar, leer sobre ello y, ¿por qué no?, escribir también.

Y como ya tenemos algunas nociones de \LaTeX y conocemos de primera mano la calidad tipográfica de los documentos que genera, resulta natural que nos preguntemos qué puede hacer \LaTeX por nosotros como escritores ajedrecistas.

Voy a dedicar un par de artículos a hablar sobre el tema. Los incluiré también en la categoría Ajedrez a modo de cebo, a ver si consigo que algún ajedrecista despistado se interese de rebote también por \LaTeX.

Es que, una vez el vampiro de \LaTeX hundió sus colmillos en mi yugular, vago como un zombie errante buscando nuevas víctimas a las que transmitir la adoración que tengo por este sistema de preparación documental.

Para jugar al ajedrez en \LaTeX debemos ampliar su funcionalidad. Ya sabes que para eso están los paquetes, esa maravilla que hace que \LaTeX sirva para casi cualquier cosa.

Vamos a necesitar el paquete skak. El proceso de instalación dependerá de la distribución \LaTeX en particular que tengas, pero hoy día ya es algo sumamente sencillo en cualquier sistema.

Yo uso MiKTeX, que lo hace automáticamente. Cada vez que detecta que quiero utilizar un paquete que no tengo instalado me pregunta si quiero descargarlo del repositorio y se ocupa del asunto sin que sea necesaria mi intervención.

Entra en esa ventana al otro mundo escribiendo en el preámbulo:

\usepackage{skak}

Con este pequeño gesto, toda una colección de nuevos comandos estará a tu disposición. Vamos a comenzar dibujando un tablero vacío:

\documentclass{article}
\usepackage[spanish]{babel}
\usepackage[utf8]{inputenc}
\usepackage{skak}  % Vamos al jugar al ajedrez

\begin{document}
\showboard
\end{document}

latex-chess-1

El comando showboard no puede ser más explícito: muestra el tablero.

Fíjate que aparece hasta el sistema de coordenadas.

Coloquemos los trebejos sobre él. Para eso hay que decirle a \LaTeX que queremos comenzar una nueva partida con el comando newgame:

\newgame   % Comenzamos una nueva partida
\showboard % Y mostramos el tablero a continuación

latex-chess-2

En la siguiente entrega moveremos ficha y anotaremos una partida. Entre tanto, para aplacar la sed, hundiré mi hocico en algún Informator para embriagarme del olor del papel y reproduciré alguna partida elegida al azar.

Javier Montero Gabarró


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La vida es demasiado corta para no jugar al ajedrez

Cualquiera que haya tenido un contacto serio con el mundo de los trebejos lo sabe de sobra. Una vez se instala el gusanillo en ti, te acompaña de por vida.

A veces con más intensidad, otras con menos. Podrán pasar incluso años sin tocar una pieza, pero al final la pasión siempre regresa.

He pasado varios años sin jugar al ajedrez.

Guardé las piezas y el tablero y empaqueté mi colección de casi 200 libros que ahora almaceno en un trastero.

Pero desde hace un par de semanas las piezas han vuelto a tomar vida. Ya llevaba escuchando días el ronroneo en su caja. Fue abrirla, intrigado, y solas se colocaron sobre el campo de batalla cuadriculado.

He vuelto a suscribirme al ICC para ir recuperando, gradualmente, la forma. Me entablo en partidas rápidas a cinco minutos, algo que nunca me ha gustado particularmente, pero son muy útiles para ir desanquilosando el cerebro.

Al igual que corriendo, me siento más un jugador de fondo que un sprinter.

Las palizas que me meten son tremendas. Trato de recordar líneas de apertura olvidadas y, cuando reacciono, la bandera está a punto de caer. A veces, me dejo piezas como si de un principiante se tratara. No veo tres en un burro.

Pero poco a poco, hay que rodar con paciencia, que quien tuvo, seguro que algo retuvo.

He instalado mi vieja copia de Chessbase, con sus millones de partidas históricas, y me he puesto con la siempre satisfactoria tarea de analizar las partidas de los grandes maestros. Podría pasarme horas con cada una de ellas…

Dudo mucho que vuelva a caer en actividades que terminaron quemándome como la liga por equipos. Si este verano encuentro algún torneo de semirrápidas en Andalucía que se dispute durante un fin de semana, quizás me apunte. El turismo-chess siempre ha llamado mi atención. Con frecuencia he envidiado la vida del jugador profesional, de torneo en torneo por toda la geografía mundial, a menudo no obteniendo más que apenas lo mínimo para subsistir y teniendo que dejarse la piel en el tablero para tener opción a un premio en metálico.

Si, llegado enero, el gusanillo persiste, tal vez considere la posibilidad de inscribirme en el open internacional que se disputa cada año en Sevilla, un torneo que provoca en mí tanto buenos como malo recuerdos.

Cualquier jugador lo sabe: asomarse a la ventana de las 64 casillas es entrar en un mundo fascinante. Es muy fácil quedar hechizado y querer pasar más tiempo en él que en el supuesto mundo «real» en el que vivimos.

El dramaturgo inglés Henry James Byron dijo, en una ocasión, que la vida era demasiado corta para el ajedrez.

La frase se presta a dos significados:

Por un lado, podría haber querido criticar al jugador de ajedrez diciendo que la vida era demasiado corta para perderla en un simple juego.

Pero el significado más aceptado por la comunidad ajedrecística es que harían falta varias vidas para dominar la complejidad de este inabarcable juego-ciencia.

A mí me gusta jugar con la frase y decir que la vida es demasiado corta como para no jugar al ajedrez. Es tan mágico y misterioro su mundo, que perfectamente podría dar sentido a toda una vida entera.

Javier Montero

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