Do central, ¿C3 o C4?


Objetivo: Presentar el convenio más aceptado para la diferenciación de notas según la octava en la que se encuentren.

Imagina, por un momento, que te pido que hagas sonar la nota Fa en tu instrumento. Supongamos que se trata de un piano, aunque la cuestión sería la misma si fuera cualquier otro instrumento que permita la ejecución de notas en distintas octavas.

De un vistazo localizas inmediatamente una tecla blanca justo a la izquierda de alguno de los patrones repetitivos de tres teclas negras. Haces sonar la nota y me preguntas: «¿te sirve éste o lo quieres tal vez más grave o agudo?»

Para diferenciar un Fa de otro podría decirte: «no, ese no, el que suena a 87,31 Hz».

Desde luego, ya no habría ambigüedad posible, aunque probablemente te quedaras un tanto perplejo.

Sería mucho más práctico y apropiado indicar simplemente, de un modo u otro, a qué octava concreta pertenece ese Fa.

El siguiente gráfico representa un piano completo de 88 teclas que abarca desde una nota La muy grave hasta otra Do muy aguda (haz clic sobre la imagen para ampliarla).

Imagen: Wikimedia Commons, Artur Jan Fijalkowski - CC-BY-SA
Imagen: Wikimedia Commons, Artur Jan Fijalkowski – CC-BY-SA

Vemos siete octavas completas (de DO a SI) más dos incompletas (tres notas a la izquierda y una a la derecha).

Para numerar las octavas tendremos que llegar a un acuerdo. Supongamos que por primera octava me refiero a la primera que aparece completa en el piano, segunda la siguiente y así sucesivamente.

Con este criterio acordado, podría replantearte la pregunta con más precisión pidiéndote que hicieras sonar un Fa2 (el Fa de la segunda octava), que es precisamente el que tiene por frecuencia 87,31 Hz, y no te supondría el mínimo problema su localización.

El índice de octava, denominado por algunos índice acústico o registral, puedes encontrarlo escrito de diversos modos: Fa2, Fa2, Fa(2) o Fa[2]. O bien, con notación anglosajona: F2, F2, F(2) o F[2].

Observa que, de acuerdo a este esquema, las tres notas del teclado que hay a la izquierda del primer Do pertenecen a la octava cero, de modo que la primera nota del teclado, La, se designa como A0. Te propongo como ejercicio interesante que calcules su frecuencia. Es precisamente en la octava cero donde comienza nuestro rango de frecuencias audibles.

Localiza en el teclado, a continuación, la cuarta octava completa. Fíjate que se halla en el centro, dejando tres completas a su izquierda y otras tres completas a su derecha. A la nota Do con la que comienza esa octava se la denomina, en justicia, Do central y se registra como C4, correspondiente a una frecuencia de 261,63 Hz. Unas pocas notas a la derecha, en la misma cuarta octava, se encuentra el A4, 440Hz, frecuencia de referencia más común en nuestro sistema de afinación.

C4, el Do central
C4, el Do central

Esta manera de contar octavas, en la que la primera coincide con la primera completa en el piano de 88 teclas, ha sido adoptada por la Sociedad Americana de Acústica (ASA) en un intento de ser estandarizado. Puede entenderse también refiriéndose a la octava cero como aquella en la que comienza el rango auditivo del ser humano. Vinculada al mundo de la ciencia, muchos autores se refieren a este criterio como la notación científica, índice acústico científico o incluso, como he leído en alguna ocasión, sistema de los físicos.

Pero podríamos haber contado de otra forma. Imagina por ejemplo que partimos de un gran pentagrama, el sistema de pentagrama en dos partes utilizado para la notación musical de instrumentos de amplia tesitura, como el piano, el órgano o el arpa. Vamos a denominar primera octava a la primera que se introduce en el pentagrama inferior, es decir, la que comienza en el Do ubicado en la segunda línea adicional inferior. El siguiente Do, C2, estaría en el segundo espacio y el Do central, en la frontera entre ambos pentagramas, sería el C3.

C3, el Do central
C3, el Do central

Observa que, de acuerdo a esta manera de contar, lo que antes denominábamos octava uno ahora sería la octava cero, y lo que antes era la octava cero ahora correspondería a la octava ¡menos uno!

Este modo de registro de octavas, conocido como sistema franco-belga, sigue siendo común en determinadas zonas de Europa, aunque cada vez está más extendido el sistema científico americano, al que algunos se refieren ya como el sistema internacional.

Para complicar aún más las cosas, llegan los sintetizadores, el MIDI y el software musical. Fabricantes y desarrolladores de software siguen su propio criterio a la hora de referirse a las octavas, de modo que la confusión está servida (he visto incluso un C5 como Do central).

Respondiendo entonces a la pregunta que da título a este artículo: Do central, ¿C3 o C4? Ambas formas son válidas, depende del criterio que sigas.

Yo siempre me referiré al Do central como C4, pero me cuidaré de que, cuando pueda existir algún tipo de confusión, aparezca explícitamente alguna mención que lo indique con claridad. Por ejemplo, podré decir lo siguiente: la sexta cuerda de la guitarra, afinada de modo normal, da al aire un E2 (considerando C4 como Do central). No cuesta nada escribirlo, dejarlo claro una vez, evitando así quebraderos de cabeza.

Y a la inversa igual: cuando te encuentres con el piano roll de tu secuenciador o leas un manual sobre un sintetizador, intenta de algún modo asegurarte de cuál es la correspondencia de notas. Nunca des nada por sentado.

Javier Montero Gabarró


Do central, ¿C3 o C4?


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