Era algo que rondaba por mi cabeza desde hacía tiempo.
No siento molestias de ningún tipo al correr, entonces, ¿por qué hacerme unas plantillas a medida?
Precisamente por eso, para tratar de seguir sin molestias conforme vaya incrementando la carga.
Ayer tuve una cita con el podólogo. Media hora larga de pruebas de todo tipo, muchos gráficos y secuencias de imágenes en las que se apreciaba perfectamente la distribución del peso en los pies en cada fase de la zancada.
Detectada una dismetría de 5 mm entre las dos piernas.
Y no sé qué historia de los arcos interno y externo que limitaba la función de amortiguación del pie.
Toma de moldes sobre una sustancia granulada… Fue como hundir los pies en la arena mojada de la playa.
En diez o quince días podré recoger las plantillas.
Iba a echarme a entrenar al salir (fui a la clínica ya con pantalones cortos y calzado deportivo), pero una llamada telefónica me hizo cambiar de planes…
Pero cayó un paseíto de unos 10 Km en total, lo cual tampoco estuvo mal.
Hoy he salido a correr por mi ruta habitual centro-río. Una enriquecedora hora a fuego lento, como de costumbre.
Denominación: 60′ FC [135-139]
Con plnatillas nuevas habrá que echar más madera a ese fuego lento, ¿no?
Desde luego… Si no, menudo desperdicio. 😉