Vuelta a la calma tras la tempestad

Tras el cúmulo de experiencias y emociones del fin de semana, en el que tuve la suerte y honor de entrenar y competir con grandes figuras del atletismo español de ayer y hoy como Fermín Cacho, Maite Zúñiga y Pentinel, ha llegado el momento de devolver las aguas a su cauce en forma de un entrenamiento a bajas pulsaciones, de los que me gustan a mí.

He tenido la suerte de poder hacerme un hueco en la tarde con el que en principio no contaba. Ni corto ni perezoso, me he vestido para el disfrute y me he echado a correr.

Desde la puerta de casa hasta el parque del Alamillo, que he surcado por todos sus recovecos hasta finalizar la hora que tenía programada a fuego lento.

El trabajo de hoy consistía en perseguir una FC media sub 145 ppm lo más separada posible de este valor, pero sin comprometer un ritmo con el que me sintiera cómodo de piernas.

Como me suele suceder en este tipo de ejercicios, la primera mitad del recorrido las pulsaciones van bastante ajustadas al techo máximo y no es hasta la segunda mitad cuando se manifiesta el efecto mágico aeróbico en el que las pulsaciones empiezan a descender.

Minuto 45: las pulsaciones descienden hasta 140. Este último cuarto de hora es la gran recompensa del resto del trabajo. Cierro los ojos con frecuencia y me dejo llevar por las sensaciones placenteras del aire secando el sudor de mi cara, de los pulmones llenándose con suavidad, sintiendo como esa respiración pausada atiende de sobra las necesidades de oxígeno del organismo.

139…

Y continúan bajando. El último entrenamiento aeróbico también tuve la ocasión de verme por debajo de 140. Es un premio a la constancia en este tipo de ejercicios.

138…

Esto ya es sobresaliente. Las pulsaciones siguen descendiendo conforme el sol se va poniendo en la tarde sevillana.

Y 137… Sigo corriendo, embriagándome en una respiración cada vez más profunda y lenta.

No puedo describir la enorme sensación de bienestar en ese preciso instante.

A un par de minutos de la hora, ya cerca del gimnasio, escucho «Correr es de cobardes». Es Jesús Palacios, gran atleta sevillano, más volcado en estos momentos en la preparación de sus pupilos que en la competición en sí.

Denominación: FC media sub 147 (OK–> 143)
Exigencia: 3
Distancia recorrida: 8’36 Km
Tiempo empleado: 60′
Ritmo medio: 7:11/Km
FC media: 143 ppm

Una vez concluida la hora de entrenamiento continúo caminando a ritmo rápido hasta el gimnasio en la Cartuja, donde pretendo realizar unas sesiones de trabajo de piernas y unos ejercicios abdominales.

Cuando concluyo, me echo a correr de nuevo para regresar a casa: son otros 2’69 Km que realizo a un ritmo semejante a la hora anterior.

Llego agotado a casa y empapado en sudor, pero más feliz que unas pascuas.

Me ducho y disfruto de un delicioño aliño de papas que me estaba esperando como premio.

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