Hoy ha sido un día duro y, en consonancia, el entrenamiento también lo ha sido.
En el Adidas Running Day, Fran Torralba nos hablaba de un maratoniano (no recuerdo el nombre) que, ante una prueba, llevaba a su equipo de asistentes un rato antes, medían temperatura, humedad, velocidad del viento y, en función de lo que le dijeran, corría o abortaba la carrera.
A las cuatro de la tarde he hecho el primer intento de entreno. He asomado el pescuezo pero me he vuelto a esconder por el tremendo calor que hacía.
Y a la segunda la vencida, alrededor de las nueve de la noche.
Mucho calor aún. El lugar elegido ha sido la orilla del río, a ver si pillaba alguna brisita que me ayudara a controlar el pulso.
Un desastre de pulsaciones. En el minuto nueve ya había alcanzado 139 de media, y subiendo.
A la media hora la media era de 142 ppm. Sí, estoy hablando de la media.
El resto, una lucha frenética por intentar recuperar los 139. Hasta que no se puso el sol, paradójicamente, no empecé a ver algo de luz.
Tuve que tirar el pulso hasta 133 y aún así costaba hacer descender la media.
Finalmente, alrededor del minuto 50, conseguí el resultado buscado de 139.
Un día muy duro. Llegué a casa destrozado física y psicológicamente.
Termino la crónica y me acuesto.
Denominación: 60′ FC media = 139
Exigencia: 4
FC media = 139 ppm