MuseScore #11: Armonizando con el ratón y el teclado

En el ejercicio del artículo anterior escribimos la melodía de «Cumpleaños feliz» para practicar la entrada en anacrusa y un compás y armadura distintos de los que se establecen por defecto. Vamos ahora a ilustrar sobre ella las técnicas básicas de armonización empleando ratón y el teclado.

Nuestro trabajo parte del fichero musescore-10.mscz.

No vamos a complicarnos la vida armonizando: introduciremos, en el pentagrama inferior, los acordes I, IV y V, según correspondan, en su forma de triada básica.

Podemos ver el resultado que pretendemos en el archivo musescore-11.mscz. Abridlo para que os sirva de guía para la práctica.

Vamos a practicar la armonización con el ratón en los cuatro primeros compases. Los cuatro últimos los terminaremos utilizando el teclado.

En el primer compás (el siguiente a la anacrusa) vamos a escribir un acorde de Fa mayor en los tiempos 1 y 3. Para ello, activamos la introducción de notas pulsando sobre la N en la barra de introducción de notas y elegimos la figura correspondiente a una blanca.

Hacemos clic sobre el pentagrama inferior a la altura de la nota Fa sobre la cuarta línea, con lo cual introducimos la fundamental del acorde.

Para agregar más notas por encima o por debajo de una existente basta con hacer clic en la nota deseada manteniendo la misma vertical. Hacemos clic una tercera más arriba para introducir la nota La y otra tercera más para escribir un Do.

Repetid la maniobra en el tercer tiempo, esta vez eligiendo una figura de negra.

El segundo compás lo armonizaremos con la triada de Do mayor abarcando todo el compás. Puesto que estamos en un 3×4, su duración será una blanca con puntillo.

Es muy sencilla la escritura del puntillo: en la barra de introducción de notas, además de pulsar sobre la figura de la blanca, pulsamos también sobre el puntillo que hay más a la derecha.

Observad cómo, en el gráfico, aparecen hundidos los botones de la blanca y el puntillo simultáneamente.

Elegida la figura correctamente, procedemos tal como explicamos en el compás primero.

Proseguid hasta completar los cuatro primeros compases. A partir del quinto cambiaremos de técnica y haremos lo mismo usando el teclado.

Lo primero que debéis aprender es a manejar la barra de introducción de notas.

Pulsad la tecla N varias veces y comprobad cómo ese gesto activa y desactiva la introducción de notas. Además, cuando está activado podéis ver que nos aparece un cursor de inserción azul sobre el pentagrama. Si no estuviera ubicado en el sitio adecuado, podéis desplazarlo hacia la izquierda o derecha empleando las flechas del teclado.

A continuación, probad a pulsar los números del 1 al 9 y fijaos como cada uno está asociado a una figura en la barra de introducción de notas. El número 1 corresponde a la que está más a la izquierda (semifusa) y el nueve a la última (longa).

La duración de las notas, por lo tanto, es mayor cuanto mayor es el número del teclado. Memorizad que la negra, figura más común, es el número 5. Si deseamos una blanca hemos de pulsar, por lo tanto, el 6. Si queremos una corchea, el 4.

Ahora pulsad sobre el punto (.) del teclado y observad cómo se selecciona el puntillo. Si volvéis a pulsarlo se deselecciona.

Para el quinto compás necesitamos, nuevamente, un Fa mayor en blanca con puntillo.

Con el cursor y la figura seleccionados, pulsamos sobre la tecla F para introducir la nota Fa. Recordemos que sabemos qué tecla pulsar utilizando la notación anglosajona.

Si el Fa introducido de este modo no está en la octava adecuada, con la tecla Control pulsada, pulsamos sobre la flecha hacia arriba o hacia abajo para modificar la ubicación de la nota en saltos de una octava.

Ahora debemos escribir sobre ella dos terceras: las notas La (A) y Do (C). No nos sirve pulsar directamente las teclas A y C, pues eso escribiría en el siguiente tiempo y las notas han de estar en la vertical formando un acorde.

Pulsamos la tecla Shift y, sin soltarla, tecleamos la A y la C. Nuestro Fa mayor habrá quedado perfectamente ubicado.

Completad lo que resta de partitura usando el teclado. Al principio cuesta un poco habituarse hasta que se coge soltura, pero una vez dominada la técnica suele ser un método más rápido que con el ratón.

En el penúltimo compás he escrito el acorde de séptima (C7) para enfatizar la resolución a Fa mayor en el octavo.

Para poner la guinda a nuestra partitura escribiremos un calderón sobre el Re del sexto compás, donde la canción pronuncia la sílaba -DOS en la frase «te deseamos to-dos», para indicar que dejamos en suspenso la música hasta que deseemos continuar cantando.

A la izquierda de la pantalla disponemos de una flamante colección de símbolos organizados en paletas. Hacemos clic sobre Articulaciones y ornamentos para que se despliegue la paleta que contiene nuestro calderón.

Voy a enseñaros dos formas de introducirlo:

Seleccionamos la nota Re sobre la que queremos ubicar el calderón. Para ello, aseguraos primero de que el modo de introducción de notas esté desactivado (la N de la barra no aparezca hundida) y pulsad a continuación sobre la cabeza de la nota. Se destacará pintándose en azul.

Haced ahora doble clic sobre el símbolo del calderón para que aparezca en la partitura justo sobre la nota seleccionada.

La otra forma de operar es muy sencilla también. No es necesario seleccionar ninguna nota; funciona incluso aunque el modo de introducción de notas esté activo. Basta con arrastrar el símbolo del calderón desde la paleta, sin levantar el ratón y soltarlo justo en la cabeza de la nota objetivo, que aparecerá destacada en rojo cuando el ratón esté sobre ella.

Practicad todas las técnicas descritas aquí para familiarizaros con ellas. Teniéndolas en la punta de los dedos la edición de cualquier partitura será una tarea ágil.

Javier Montero


MuseScore #11: Armonizando con el ratón y el teclado


El texto de este artículo se encuentra sometido a una licencia Creative Commons del tipo CC-BY-NC-ND (reconocimiento, no comercial, sin obra derivada, 3.0 unported)


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MuseScore #7: Uso de las flechas del teclado en la edición de notas

Uno de los mejores trucos que puedo recomendaros a la hora de aprender una materia nueva es fraccionar la información en pequeñas unidades que presenten un número reducido de conceptos simultáneamente. Parece ser que hay un límite en el número de objetos que pueden ser procesados a la vez en nuestro cerebro, así que no lo dudéis: menos implica más rendimiento.

Esta es la metodología que estamos siguiendo en el curso: pocos conceptos y relacionados, piezas que gradualmente van configurando el puzzle sin apenas esfuerzo consciente.

Vamos a abrir el fichero del capítulo anterior y vamos a probar en él algunas técnicas de edición basadas en las flechas del teclado.

Haced clic con el ratón sobre el Do del primer compás. Observaréis que se destaca en color azul. Decimos que esa nota está seleccionada.

Pulsad a continuación la flecha derecha del teclado y observad como la selección se desplaza, paso a paso, en ese mismo sentido. Fijamos como, después de haber alcanzado el Si del tercer compás, la selección continúa por el silencio del cuarto, en vez de desplazarse al Do del pentagrama de la clave de Sol. Es decir, todo el movimiento sucede en el mismo pentagrama.

Probad ahora la flecha izquierda para desplazarnos en ese sentido.

Vamos a experimentar, a continuación, con las flechas de movimiento vertical, arriba y abajo. Dejad seleccionado, por ejemplo, el Re del segundo compás.

Pulsad una vez la flecha hacia arriba: el Re se convierte en Re sostenido.

Pulsadla de nuevo: El Re# se convierte en Mi, trasladándose la figura al tercer espacio, tal como le corresponde.

Pulsad otra vez: Mi se convierte en Fa.

Vamos a descender, ahora. Pulsamos la flecha hacia abajo: Fa se convierte en Mi.

Volvemos a pulsar: Mi se convierte en Mi bemol. Observad como el programa actúa correctamente y automáticamente pinta un becuadro en el otro Mi del compás.

En resumidas cuentas: las flechas horizontales desplazan la selección en sentido horizontal, mientras que las verticales alteran, semitono a semitono, la nota seleccionada.

Ahora aprenderemos a dar pasos de gigante:

Seleccionad el Do del primer compás. A continuación, con la tecla Control pulsada, presionad la flecha a la derecha. La selección, en vez de cambiar a la nota próxima, cambia a la primera nota del compás siguiente. Con una sola pulsación hemos saltado todo un compás. Probad esos pasos de gigante hasta el final y luego en sentido contrario con Control – Flecha Izquierda.

Y ahora experimentemos qué sucede con las flechas verticales.

Volved a seleccionad el Do del primer compás y pulsad, esta vez, con la tecla Control presionada, la flecha hacia arriba. El Do se convierte, automáticamente, en un Do una octava más alto (dentro del mismo pentagrama, naturalmente). Y a la inversa: si mantenemos presionada la tecla Control y pulsamos la flecha hacia abajo, la nota se convierte una octava más grave. Experimentad esto subiendo y bajando octavas en ambos sentidos.

Para concluir, dos truquitos…

Atención con las notas seleccionadas. Muchas acciones afectan a la selección y, por accidente, podríais provocar algo no deseado. Si no vais a trabajar más con la nota, lo propio es deseleccionarla. Para ello, es suficiente con pulsar la tecla Esc.

Tampoco hubiera sucedido nada grave. Sabéis que si cometéis un error, basta con pulsar Ctrl-Z para deshacer el entuerto. Pero, ¿y si he cometido muchos errores y quiero restaurar la partitura al estado inicial?

La solución rudimentaria es simple. Cerramos el documento y, cuando nos pregunte si deseamos salvar los cambios, le indicamos que no. A continuación, volvemos a cargarlo.

Pero hay una forma más elegante: en el menú Archivo tenéis la opción Recargar. Nos preguntará si deseamos guardar los cambios en la partitura. Pulsamos sobre Descartar, con lo cual el documento volverá inmediatamente a su estado inicial.

Javier Montero


MuseScore #7: Uso de las flechas del teclado en la edición de notas


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Las notas musicales: las teclas blancas

Objetivo: aprender a identificar las notas Do-Re-Mi-Fa-Sol-La-Si-Do en el piano, correspondientes a las teclas blancas.

El material que vamos a tratar hoy es muy básico, pero imprescindible para cualquiera que esté aprendiendo a tocar un instrumento musical.

Con relativa frecuencia me encuentro con instrumentistas (algunos con mucha experiencia, incluso) que muestran grandes lagunas en estos conceptos fundamentales. Esta carencia suele dificultar y ralentizar el aprendizaje, además de hacer que algo tan sencillo como la armonía les resulte un mundo siniestro e inabarcable.

Esta es la primera lección que doy siempre a mis alumnos de guitarra y armonía que comienzan desde cero. Si, por las circunstancias de la vida, alguna vez requieres mis servicios y te has leido este artículo, te ahorrarás la primera clase.

Quiero que observes con detenimiento la siguiente imagen, correspondiente a una parte del teclado de un piano:

Hay dos tipos de teclas: las blancas y las negras, estas últimas más cortas y estrechas, como puedes apreciar.

Cada tecla, sea blanca o negra, hace sonar una nota musical diferente. El sonido que producen es tanto más agudo conforme más a la derecha están las teclas.

Por lo general, entre dos teclas blancas hay una tecla negra, pero fíjate que esto no sucede siempre. De cuando en cuando nos encontramos dos teclas blancas seguidas, sin que haya ninguna negra entre ellas.

¿No aprecias ningún patrón de repetición común?

Observa los bloques de tres negras juntas, luego le sigue uno de dos, después otro de tres, seguido de otro de dos, y así sucesivamente. Esto es lo mismo en cualquier piano o teclado electrónico, independientemente del número de teclas totales que tenga.

Este patrón regular nos va a facilitar localizar en el piano nuestra primera nota musical: DO.

La nota DO siempre es la blanca que está justo a la izquierda del bloque de dos negras.

Vamos a marcarlas en la imagen:

Las teclas con el punto azul hacen sonar notas DO. Corresponden a la misma nota, pero la que está más a la derecha es más aguda, naturalmente (en términos físicos, su frecuencia es exactamente el doble).

A partir de la nota DO colocamos las restantes, sucesivamente, en las demás teclas blancas.

He escrito también el nombre de las notas en notación anglosajona. Si tienes problema con esta nomenclatura, repasa lo explicado en el blog haciendo clic en el enlace.

A partir de un DO, la segunda nota blanca es un RE, la tercera un MI, la cuarta un FA, y así sucesivamente, hasta que la octava vuelve a ser un DO.

Por eso decimos que la distancia entre un DO y el siguiente (o entre cualquier otra nota y la siguiente igual) es de una octava. También se dice que el DO de la derecha es una octava más alto que el de la izquierda.

Otro truco que te puede ayudar a memorizar las notas en el piano es, además de que el DO es la que está justo a la izquierda del bloque de dos negras, es que la nota FA está justo a la izquierda del bloque de tres negras.

Ya sabemos nombrar las notas blancas. ¿Y qué pasa con las negras?

En el siguiente artículo desvelaremos el misterio…

Javier Montero Gabarró


Fecha de la última revisión: 18 de septiembre de 2012


Las notas musicales: las teclas blancas


El texto de este artículo se encuentra sometido a una licencia Creative Commons del tipo CC-BY-NC-ND (reconocimiento, no comercial, sin obra derivada, 3.0 unported)


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