MuseScore #7: Uso de las flechas del teclado en la edición de notas

Uno de los mejores trucos que puedo recomendaros a la hora de aprender una materia nueva es fraccionar la información en pequeñas unidades que presenten un número reducido de conceptos simultáneamente. Parece ser que hay un límite en el número de objetos que pueden ser procesados a la vez en nuestro cerebro, así que no lo dudéis: menos implica más rendimiento.

Esta es la metodología que estamos siguiendo en el curso: pocos conceptos y relacionados, piezas que gradualmente van configurando el puzzle sin apenas esfuerzo consciente.

Vamos a abrir el fichero del capítulo anterior y vamos a probar en él algunas técnicas de edición basadas en las flechas del teclado.

Haced clic con el ratón sobre el Do del primer compás. Observaréis que se destaca en color azul. Decimos que esa nota está seleccionada.

Pulsad a continuación la flecha derecha del teclado y observad como la selección se desplaza, paso a paso, en ese mismo sentido. Fijamos como, después de haber alcanzado el Si del tercer compás, la selección continúa por el silencio del cuarto, en vez de desplazarse al Do del pentagrama de la clave de Sol. Es decir, todo el movimiento sucede en el mismo pentagrama.

Probad ahora la flecha izquierda para desplazarnos en ese sentido.

Vamos a experimentar, a continuación, con las flechas de movimiento vertical, arriba y abajo. Dejad seleccionado, por ejemplo, el Re del segundo compás.

Pulsad una vez la flecha hacia arriba: el Re se convierte en Re sostenido.

Pulsadla de nuevo: El Re# se convierte en Mi, trasladándose la figura al tercer espacio, tal como le corresponde.

Pulsad otra vez: Mi se convierte en Fa.

Vamos a descender, ahora. Pulsamos la flecha hacia abajo: Fa se convierte en Mi.

Volvemos a pulsar: Mi se convierte en Mi bemol. Observad como el programa actúa correctamente y automáticamente pinta un becuadro en el otro Mi del compás.

En resumidas cuentas: las flechas horizontales desplazan la selección en sentido horizontal, mientras que las verticales alteran, semitono a semitono, la nota seleccionada.

Ahora aprenderemos a dar pasos de gigante:

Seleccionad el Do del primer compás. A continuación, con la tecla Control pulsada, presionad la flecha a la derecha. La selección, en vez de cambiar a la nota próxima, cambia a la primera nota del compás siguiente. Con una sola pulsación hemos saltado todo un compás. Probad esos pasos de gigante hasta el final y luego en sentido contrario con Control – Flecha Izquierda.

Y ahora experimentemos qué sucede con las flechas verticales.

Volved a seleccionad el Do del primer compás y pulsad, esta vez, con la tecla Control presionada, la flecha hacia arriba. El Do se convierte, automáticamente, en un Do una octava más alto (dentro del mismo pentagrama, naturalmente). Y a la inversa: si mantenemos presionada la tecla Control y pulsamos la flecha hacia abajo, la nota se convierte una octava más grave. Experimentad esto subiendo y bajando octavas en ambos sentidos.

Para concluir, dos truquitos…

Atención con las notas seleccionadas. Muchas acciones afectan a la selección y, por accidente, podríais provocar algo no deseado. Si no vais a trabajar más con la nota, lo propio es deseleccionarla. Para ello, es suficiente con pulsar la tecla Esc.

Tampoco hubiera sucedido nada grave. Sabéis que si cometéis un error, basta con pulsar Ctrl-Z para deshacer el entuerto. Pero, ¿y si he cometido muchos errores y quiero restaurar la partitura al estado inicial?

La solución rudimentaria es simple. Cerramos el documento y, cuando nos pregunte si deseamos salvar los cambios, le indicamos que no. A continuación, volvemos a cargarlo.

Pero hay una forma más elegante: en el menú Archivo tenéis la opción Recargar. Nos preguntará si deseamos guardar los cambios en la partitura. Pulsamos sobre Descartar, con lo cual el documento volverá inmediatamente a su estado inicial.

Javier Montero


MuseScore #7: Uso de las flechas del teclado en la edición de notas


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Dos días para la Nocturna del Guadalquivir

No he podido evitarlo. En plena rehabilitación tras una lesión ocurrida hace casi dos meses, me he acercado al estadio olímpico y he recogido mi dorsal para la carrera nocturna que se celebrará el día 30 en Sevilla.

Anteayer, escuchando la publicidad por la radio, noté como el gusanillo me devoraba. He estado todo el año esperando a esta carrera. Cuando empecé a soñar con ella apenas era capaz de sostenerme corriendo diez minutos. Me parecían sobrehumanos los 12 kilómetros de su recorrido. Y para mí todo un reto de superación personal. ¿Acaso no iba a ser capaz de formar parte de ese grupo de más de veinte mil personas que la concluye cada año?

Mucho ha llovido desde entonces, pero la ilusión por participar sigue siendo la misma. No puedo dejar de correrla. Al menos quiero intentarlo.

Hoy he hecho mi último entrenamiento: veinte minutos muy suaves (8 Km/h), dentro del plan de rehabilitación que me había trazado con incrementos de carga graduales. A este mismo ritmo, completaría los 12 Km en una hora y media. Me daría con un canto en los dientes, no me importa la velocidad, sólo deseo estar ahí y, a ser posible, no recaer en la lesión.

Los que queráis apuntaros podéis hacerlo aún hoy por Internet y hasta mañana en el mismo estadio olímpico. Es mucho más que una carrera, es una fiesta de participación popular en un entorno impresionante.

Y toquemos madera… Duele el pie, pero más duele el alma.

Javier Montero

Python – Capítulo 20: La función range()

Artículo tras artículo, nuestro maletín de herramientas de Python va cogiendo peso y disponemos de nuevos recursos para afrontar cualquier desafío de programación. En la entrega de hoy hablaremos de la función range(). Si alguien no entiende aún por qué Python es tan especial, que eche una ojeada a esto.

La función range() es muy simple, pero de una potencia tremenda: genera automáticamente una secuencia con una progresión aritmética.

Puede utilizarse con uno, dos o tres parámetros.

Comencemos por su uso básico con uno sólo:

>>> range(5)
range(0, 5)

Este comando, aunque aparente no haber hecho nada, ha generado una secuencia virtual de números enteros ¿No se ve nada?. Para poder hacer de carne y hueso esta secuencia vamos a convertirla en lista con la función list().

>>> list(range(5))
[0, 1, 2, 3, 4]

Ahora sí, ya vemos de qué madera está hecha: se trata de una progresión aritmética de término inicial 0 y final 4, uno menos que el valor del parámetro especificado.

Incluyamos ahora dos parámetros:

>>> list(range(1,8))
[1, 2, 3, 4, 5, 6, 7]

Cuando especificamos dos valores, el primero es el término inicial. El segundo, al igual que en el ejemplo anterior, constituye el término superior no incluido.

Si indicamos tres parámetros, el tercero supone la diferencia de la progresión aritmética (el incremento):

>>> list(range(1,10,2))
[1, 3, 5, 7, 9]

Es decir se trata de una progresión aritmética que comienza en 1, termina en 9 y en la que cada elemento se obtiene sumando 2 al anterior.

Naturalmente, esto también funciona con enteros negativos:

>>> list(range(-3,10))
[-3, -2, -1, 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9]

El siguiente programa calcula la suma de todos los números naturales desde el 1 hasta el 1000 (incluido):

suma = 0
for n in range(1001):
    suma+=n
print(suma)

Si lo ejecutamos, obtenemos:

python capitulo20-1.py
500500

Este otro numera automáticamente los elementos de una lista:

# Esta lista ya nos es familiar
semana=['lunes', 'martes', 'miércoles', 'jueves', 
       'viernes', 'sábado', 'domingo']
for n in range(len(semana)):
    print(n+1, semana[n])

Ejecutémoslo:

python capitulo20-2.py

1 lunes
2 martes
3 miércoles
4 jueves
5 viernes
6 sábado
7 domingo

Observad como, en la función print(), he indicado, como parámetro n+1 para que la numeración comience por 1 y no en 0.

Asimilad la función range() y hacedla vuestra. Cada paso que damos nos acerca al objetivo, que no es otro sino ser capaces de hacer practicamente cualquier cosa utilizando Python.

Javier Montero


Python – Capítulo 20: La función range()


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La fórmula secreta de la escala mayor

¿Qué notas constituyen la escala Re menor melódica?

¿Cómo se forma el modo mixolidio de sol?

Quiero componer un tema en Fa mayor, ¿qué acordes son los propios de la tonalidad?

¿Qué acordes resultan al armonizar por terceras Mi bemol armónica?

¿Qué notas forman el acorde Eb13?

Quizás algunas de estas preguntas os parezcan complicadas, pero os aseguro que son muy fáciles tan pronto uno entiende los conceptos sobre los que se apoya esto.

Todo comienza por descubrir un gran secreto: la fórmula de la escala de Do Mayor.

Si algo de lo que expongo aquí os resulta confuso, tal vez debáis echarle un vistazo a los artículos más básicos referenciados al final del artículo.

Recuperemos la imagen de una octava cualquiera del piano de DO a DO:

Si hacemos sonar, una a una, todas las notas blancas desde el primer DO del gráfico hasta el último, obtenemos una melodía que es familiar a todo el mundo, tanto si la tocamos en sentido ascendente o en descendente. Lo que quizás no sepáis es que esa sucesión de notas tiene un nombre: escala de Do Mayor.

Vamos a analizar con detalle su composición, pues nos va a dar el secreto que nos permitirá su construcción en cualquier otra tonalidad. Comprendida su fórmula, la realización práctica en cualquier instrumento musical será prácticamente inmediata.

Nuestra escala, DO Mayor, está compuesta por la siguiente sucesión de notas:

DO – RE – MI – FA – SOL – LA – SI – DO

o, en notación anglosajona:

C – D – E – F – G – A – B – C

Estrictamente hablando son siete notas, pues la octava, el DO, es una repetición de la primera, salvo que más aguda (se dice que es una «octava» más alta).

Vamos a observar la relación entre cada nota y la siguiente. Cuando la distancia sea de un tono, trazaremos un semicírculo enlazando ambas notas. Si la distancia es de un semitono, las uniremos mediante una «V».

Comencemos por el DO y el RE. La distancia entre ambos es de un tono (dos semitonos), pues observad que hay una tecla negra entre medias.

La distancia entre RE y MI vuelve a ser de un tono, pero entre MI y FA hay sólo un semitono, ya que no hay ninguna tecla negra entre ambas.

Continuamos así hasta completar el resto:

Hecho este pequeño ejercicio visual, traduzcamos ahora los semicirculos por T (tono) y las «V» por S (semitono) para obtener así la fórmula buscada:

T – T – S – T – T – T – S

Memorizadla bien, incluso en su forma hablada: Tono – Tono – Semitono – Tono – Tono – Tono – Semitono.

¿Por qué es importante esto? La fórmula es la misma para todas las escalas mayores: Re mayor, Mi bemol mayor, todas comparten la misma estructura que Do mayor. Conociéndola podremos construir la escala en cualquier tonalidad.

En los artículos próximos veremos su aplicación inmediata a la guitarra y al piano y seremos capaces de articular la escala partiendo de cualquier nota en esos instrumentos.

Javier Montero

La fórmula secreta de la escala mayor


Referencias:

Las notas musicales: las teclas blancas

Las notas musicales: las teclas negras

Tonos y semitonos


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Acuérdate de la leche

Para sacar el mayor rendimiento a nuestro tiempo y ser productivo de un modo divertido y sin estrés, se precisa de una actitud especial, un puñado de técnicas y un buen número de herramientas selectas.

En esta serie de artículos me gustaría compartir con vosotros cuáles son esas actitudes, técnicas (muchas de las cuales las he «inventado» yo mismo, personalizándolas a mi medida), y algunas de las herramientas que me ayudan a ser productivo.

Hoy voy a presentaros una de ellas: Remember the milk (acuérdate de la leche)…

A lo largo del camino, aprendiendo a ser más productivo, he probado de todo. He llegado incluso a suscribirme a servicios web relativamente caros con una implementación excelente de metodologías como GTD, para descubrir pronto que no me facilitaban la flexibilidad necesaria para que los adoptase.

Si una cosa puedo garantizaros que he aprendido durante todo este tiempo es que no hay mejor método que aquel que nos hace ser más productivos, por simple o complejo, común o extravagante que pueda resultar. Tened en cuenta que la productividad es algo fácilmente medible.

Pero los métodos no funcionan eternamente. Nos cansamos de ellos y eso hace decaer nuestra motivación hasta el punto de que ya no obtenemos los mismos resultados. Es en ese precisamente momento cuando debemos plantearnos cambiar de modelo.

Por eso, las mejores herramientas suelen ser las más flexibles, entendiendo por esto no sólo aquellas que mejor podemos adecuar a nuestras necesidades en un momento dado, sino también las que nos permiten transformar los modelos cuando es necesario para tratar de mantener así la motivación en un estado permanentemente alto.

Remember the milk es una herramienta web muy sencilla, pero muy flexible. Casi cualquier metodología de gestión de tareas podemos desarrollarla con ella. Es una de mis favoritas y, además, es gratuita. Hay una opción «Pro» que cuesta 25 dólares (19 euros) al año. Si, con el tiempo, descubrís que os hace ser más productivos, tal vez debáis considerar la sucripción pro. La gran ventaja que tiene hacerlo, además de contribuir a que un programa tan excelente siga siéndolo, es que, si utilizáis dispositivos móviles, podéis sincronizarlos automáticamente con la web si estáis suscritos. Salvo por ese detalle, el 100% de la funcionalidad de la aplicación está disponible en la opción gratuita.

En sucesivos artículos mostraré cómo podemos usar RTM para ser más productivos. Entre, tanto, un consejo: ¡no os olvidéis de la leche!

http://elclubdelautodidacta.es/wp/2011/09/acuerdate-de-la-leche/
Javier Montero

LaTeX – Capítulo 12: Maquetando capítulos

En el capítulo anterior comenzamos la composición de un libro partiendo del contenido del curso de mIRC que estoy publicando en el blog. Vimos cómo crear la primera página, en la que indicábamos el título, el autor y la fecha de creación.

En la sesión de hoy agregaremos los tres primeros capítulos y apreciaremos el modo tan elegante que tiene LaTeX de maquetar, liberándonos de todos los aspectos de diseño (a no ser que voluntariamente deseemos intervenir en ellos).

Observad en primer lugar el pdf con el resultado final.

Fijaos en la numeración de los capítulos y su formato, en el encabezado de la página, la numeración automática, el diseño de los párrafos, los márgenes, organizados de acuerdo a una impresión a doble cara.

¿No es sorprendente?

Para crear el primer capítulo, que tiene por título «Introducción», basta con que introduzcamos el siguiente comando:

\chapter{Introducción}

Pegamos a continuación el contenido del capítulo 1 como texto normal.

Procedemos de igual modo con los capítulos 2 y 3. Tan sólo una observación: al «compilar» el fichero .tex nos aparecerá un error localizado en el punto en el que encuentra el símbolo «#» en el segundo capítulo. Recordemos que ese es un carácter reservado para LaTeX; para poder representarlo correctamente necesitamos «escaparlo» precediéndolo con la barra inclinada: \#.

Aquí tenéis el código fuente. Resulta admirable como algo tan simple es capaz de generar un maquetación tan profesional.

Javier Montero

HTML: Seis niveles de encabezados

ECDA-HTMLObjetivo: mostrar los seis niveles de encabezados que ofrece HTML.

HTML permite seis niveles de encabezados. Para que te hagas una idea de su aspecto, comienza haciendo clic sobre el enlace que contiene el código del capítulo.

Las etiquetas que nos permiten crear encabezados son <h1>, <h2>, <h3>, <h4>, <h5> y <h6>, ordenadas por nivel decreciente de importancia.

El siguiente ejemplo muestra cómo generar un encabezado de máximo nivel:

<h1>Encabezado de nivel 1</h1>

Gracias a los encabezados podemos estructurar nuestros documentos en secciones sin preocuparnos por su aspecto. Por defecto, los navegadores los muestran escritos en negrita, con un tamaño de fuente adecuado para cada nivel de títulos y separados del texto anterior y posterior por una línea en blanco. Más adelante, cuando tratemos las hojas de estilo CSS veremos cómo personalizar su aspecto, en el caso de que no nos satisfaga el diseño por omisión.

Utiliza los seis niveles de encabezados de un modo coherente: recuerda que el de mayor importancia es H1 y el de menor H6. No queda muy estético, por ejemplo, usar un H2 para el nivel principal y un H1 para los secundarios.

<!DOCTYPE html>
<html>
<head>
<title>Seis niveles de encabezados</title>
</head>
<body>
<h1>Encabezado de nivel 1</h1>
<h2>Encabezado de nivel 2</h2>
<h3>Encabezado de nivel 3</h3>
<h4>Encabezado de nivel 4</h4>
<h5>Encabezado de nivel 5</h5>
<h6>Encabezado de nivel 6</h6>
<p>Y este es el texto normal.</p>
</body>
</html>

Javier Montero Gabarró


Fecha de la última revisión: 23 de diciembre de 2012


HTML: Seis niveles de encabezados


El texto de este artículo se encuentra sometido a una licencia Creative Commons del tipo CC-BY-NC-ND (reconocimiento, no comercial, sin obra derivada, 3.0 unported)


El Club del Autodidacta


Índice completo de artículos relacionados con HTML.

MuseScore #6: Primera escritura en el pentagrama

Ha llegado el momento de que introduzcamos las primeras notas en nuestra partitura. Empezaremos practicando técnicas muy básicas que gradualmente iremos aumentando en complejidad a medida que vayamos dominándolas.

El fichero con el que trabajaremos hoy es el que cerró el capítulo 4. Si no disponéis de él, podéis descargarlo directamente aquí.

Vamos a aprender a escribir notas utilizando el ratón. Lo primero que debemos comprobar es que la barra de introducción de notas está visible.

Si no lo está, recordad que la hacemos aparecer pulsando con el botón derecho en cualquier zona de alguna barra marcando Introducir Notas. También encontramos esa opción en el menú Mostrar — Introducir Nota. Tan sólo cambia que en un caso «nota» aparece en singular y en el otro en plural (aunque no deja de ser una insignificancia, quizás no vendría mal corregirlo en la próxima versión del programa en español).

El primer botón de la barra, que representa a una N mayúscula habilita o deshabilita el modo de introducción de notas. Debe estar pulsado para que podamos empezar a escribir notas en el pentagrama. Hacemos clic sobre él para activar la edición.

Seleccionamos, a continuación, el símbolo que representa a una redonda. Vamos a insertarla en el primer compás como nota C3 en el pentagrama en clave de Fa (estoy considerando que el Do central es el C4).

Antes de que hagáis clic en ninguna parte del pentagrama quiero que apreciéis un par de detalles importantes.

El cursor del ratón ha cambiado de forma después de activar el modo de introducción; ahora representa a una flecha apuntando hacia arriba. Observad también la presencia también de un nuevo cursor en forma de barra azul, al comienzo del compás, y que cruza el pentagrama.

Colocad ahora el cursor del ratón a la altura del C3 y desplazadlo lentamente hacia arriba y abajo. Observaréis como, junto al cursor, está la forma de la nota redonda y cómo se «encaja» adecuadamente en una línea o en un espacio conforme os movéis verticalmente.

Desplazad muy lentamente el ratón en sentido horizontal hacia el segundo compás. Observad que el símbolo de redonda no nos está siguiendo. Aparece anclado bajo el silencio del primer compás y hasta que no nos posicionamos bajo el segundo silencio no se desplaza.

Esto es importante. Las notas no se dibujan en el punto donde está el ratón exactamente, sino en aquellos en los que va quedando anclada la figura de la nota que acompaña al cursor, tanto en vertical como en horizontal.

Ahora sí, situaos sobre el primer compás en clave de Fa y «soltad» una redonda sobre el espacio del Do 3.

El segundo compás lo llenaremos con dos notas blancas. Haced clic en la barra de introducción de notas sobre el símbolo de nota blanca.

Soltad una nota blanca en el segundo compás que corresponda al Re continuación del Do anterior. Una vez hecho esto fijaos como, además, el silencio de redonda se cambia automáticamente por uno de blanca, de modo que no se altera la cuadratura del compás.

Haced caso omiso, por ahora, al cursor vertical azul que cruza el pentagrama. Hablaremos de él a su debido momento.

Antes de escribir la nota Mi, quiero que volváis a pasear el ratón a lo largo del segundo compás en sentido horizontal. Observad como ahora aparecen dos puntos de anclaje: uno en el Re ya dibujado y otro en el silencio de blanca. El primero lo utilizaríamos para dibujar un acorde, agregando notas sobre las ya existentes.

Dibujad ya la nota Mi a continuación del último Re.

El tercer compás lo llenaremos de cuatro negras. Haced clic en su símbolo en la barra de introducción de notas.

Colocad la nota Fa.

Antes de pintar el Sol, apreciad nuevamente los cambios: el silencio de redonda se ha reajustado por uno de negra más otro de blanca y ahora aparecen tres puntos de anclaje: en la nota anterior, en el silencio de negra y en el silencio de blanca. Si hiciéramos clic en el primero, crearíamos un acorde, en el segundo escribiríamos una nota a continuación de la anterior (que es lo que vamos a hacer), mientras que en el tercero respetaríamos el silencio de negra y se agregaría la nota justo a continuación de él.

Completad el compás con las notas negras Sol, La y Si.

El cuarto compás lo llenaremos completamente de corcheas, partiendo del C4 en la primera línea auxiliar de la clave de Sol, hasta el C3 en el tercer espacio.

El quinto lo completamos con 16 semicorcheas. Empezamos nuevamente repitiendo el Do en el tercer espacio, ascendiendo hasta el C2, repitiéndolo y descendiendo finalmente hasta el C3.

Si en algún momento os equivocáis de posición introduciendo alguna nota, deshaced la entrada con Ctrl-Z. En el próximo capítulo introduciremos nuevas formas de edición que permitirán subsanar los errores de un modo sencillo, pero, de momento limitaos a la función Deshacer.

Para finalizar, vamos a eliminar todos los compases restantes.

Desactivamos el modo de introducción de notas pulsando sobre la N al comienzo de la barra.

Para eliminar los compases que sobran debemos seleccionarlos, en primer lugar. Comencemos seleccionando el primer compás que borraremos. Para ello, basta con hacer clic en algún punto entre medias del compás debajo del silencio de redonda. Observemos como aparece un marco cuadrado.

Con la tecla Shift pulsada, repetimos la misma operación sobre el último compás. Se seleccionarán automáticamente también todos los que están comprendidos entre medias.

Eliminamos todos esos compases pulsando la tecla Ctrl y, sin soltarla, la tecla Suprimir.

MuseScore se percata de que el final de la partitura ha cambiado y reajusta la doble barra automáticamente tras el último.

El resultado final del trabajo de hoy está disponible en el fichero MuseScore-6.mscz.

Familiarizaos con los conceptos mostrados en este artículo. En el siguiente descubriremos nuevos recursos para la edición de las notas en el pentagrama.

Javier Montero

Calzándome las zapatillas de nuevo

Tras más de un mes sin correr a consecuencia de una lesión en el pie derecho, me he animado, al fin, a calzarme las zapatillas y a echarme a la calle.

Admito que fue una insensatez correr 21 Km cuando el cuerpo sólo estaba acostumbrado a tiradas máximas de 10 Km, pero, a pesar de todo, tengo la convicción de que estaba perfectamente preparado para superarlo sin traumas. Estoy seguro de que el detonante de todo fue una plantilla mal diseñada que, desde el primer día, me estuvo molestando.

Sea lo que fuere he vuelto a comenzar de cero con ilusión. Muy poco a poco, sin prisa alguna, muy pendiente de todas las sensaciones.

Comencé el jueves probándome 5 minutos a un ritmo muy lento. El viernes estuve algo más, hasta completar un kilómetro. El sábado descansé y hoy he corrido durante 10 minutos sin molestias.

El pie no está del todo recuperado, pero creo que ya está en condiciones suficientes para soportar pequeñas cargas que gradualmente iré incrementando.

¡Cómo lo echaba de menos!

No tengo la sensación de haber perdido fondo. No he abandonado el ejercicio físico durante este tiempo; si no podía correr, al menos contaba con la elíptica u otras máquinas similares.

Han sido sólo diez minutos, pero ¡cuánto los he disfrutado! Tras mucho tiempo sin correr, poder hacerlo, aunque fuera tan sumamente poco, es toda una bendición.

Es lo que tiene este deporte: se puede disfrutar tanto si corres mucho como si no, si lo haces rápido o lento. No hay otro igual.

La gran incógnita ahora es qué haré con la Nocturna del Guadalquivir, que se celebrará el 30 de septiembre y en la cual estoy inscrito.

Me gustaría tanto correrla. Pero no sé si debería. El plan de incremento paulatino de carga pretendía prolongarlo lo suficiente para evitar una recaída.

Veremos cómo transcurren las cosas.

Javier Montero

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