Tras la machada del domingo, que me dejó algo tocado, y unos oportunos días de descanso, hoy tocaba retomar la faena y volver a calzarme las zapatillas.
Tal como salí de trabajar, me dirigí al gimnasio, me ejercité un poco con las pesas, y al rato ya estaba en la cinta dispuesto a hacer un entrenamiento muy suave y, de paso, revisar cómo andaba de las secuelas de la última sesión.
Fijé la velocidad de la cinta a 8 Km/h y me eché a correr durante una hora justa.
Resultado del test, en el que indico los músculos que resultaron afectados después del último entrenamiento:
– Psoas: Failed!
– Gluteos: OK
– Rodillas: OK
– Gemelos: OK
– Periósteo tibial: OK
– Tendón de aquiles izquierdo: OK
– Planta del pie derecho: Failed!
El psoas se dañó tras la machada nº1. Hoy, al comenzar, molestó durante los «botes» iniciales. Después, gradualmente, fue desapareciendo, y en el minuto 10 apenas quedaba ni rastro de él.
La planta del pie derecho sufrió tras la machada nº2, a apenas 3 Km de completar los 21. Lo achaco a un defecto en la realización de la plantilla de ese pie. Hoy me empezó a incomodar a partir de los 30 minutos de ejercicio.
Seguiré pendiente de su evolución.
A pesar de no haber superado el test al 100%, balance muy positivo. Echaba de menos una tiradita larga y suave, ¡caramba!
Javier Montero
Con progresividad tus tendones se acostumbrarán a estar en el asfalto durante muchos kms. Es sólo cuestión de ir poco a poco, no hay más secreto.
Desde luego que sí: PROGRESIVIDAD, ACOSTUMBRAR. ¡Qué dos buenas palabras!
Gracias, Gonzalo.