Knoppix : Iceweasel, la "comadreja de hielo"

Knoppix 6.4.4
Nivel: Básico

Una vez hemos «tomado prestada» una máquina y hemos arrancado con el CD de Knoppix, es posible que una de las tareas que deseemos hacer sea navegar por internet.

Imaginemos que han sido requeridos nuestros servicios para solucionar los problemas de arranque de un equipo que tiene sus ficheros dañados. Arrancamos con Knoppix y accedemos sin dificultad al sistema de ficheros corrupto. Pero nos surge una duda y debemos hacer una consulta en Google.

Si NetworkManager ha cumplido bien con su tarea de detección de la red, estamos prácticamente ya en condiciones de navegar por Internet. El CD de Knoppix, entre sus numerosas herramientas, incluye el navegador Iceweasel.

Iceweasel, que podríamos traducir como «comadreja de hielo», tiene un nombre que parodia a Firefox, el «zorro de fuego».

Y es que Iceweasel está basado en Mozilla Firefox. Por cuestiones referentes a la política de utilización del logo y algunas otras secciones del programa, Firefox no era una aplicación 100% de código libre, con lo cual el grupo Debian creó su versión modificada en la que se sustituían las secciones conflictivas por otras libres.

Knoppix, que es una distribución basada en Debian, incorpora, en su versión 6.4, Iceweasel como navegador web.

Encontraremos la aplicación Iceweasel dentro del grupo Internet, que aparece al desplegarse el menú de LXDE al hacer clic sobre su icono, abajo a la izquierda.

Disponemos también de un acceso rápido: el icono «Web browser», justo a la derecha del emulador de terminal.

La versión de Iceweasel que incluye el CD mágico de Knoppix 6.4 es la 3.6.13, equivalente a Firefox 3.6.13.

Si ya estáis habituados a Firefox, con Iceweasel os sentiréis como en casa.

¡Feliz y productiva navegación desde Knoppix!

Javier Montero

Recurriendo a los mentores

Semana redonda en lo referente a correr: he respetado escrupulosamente la sucesión de entrenar y descansar un día y he materializado mi cuarto entrenamiento de la semana.

El ejercicio ha sido idéntico al realizado durante la sesión anterior: 72 minutos en cinta con CR-III (140, 155, 4, 3).

No he sentido la necesidad de cambiar: la motivación era muy alta y el nivel de exigencia era relativamente mayor que el promedio del último mes. ¿Por qué no seguir insistiendo, entonces?

Después: sesión de acondicionamiento de piernas trabajando cuádriceps, femoral, abductores, adductores y gemelos y una tanda de abdominales y rotaciones de cintura.

Me he divertido mucho corriendo, pero lo mejor de toda la sesión no ha estado ahí, sino en los desplazamientos de casa al gimnasio y viceversa.

Mi bicicleta seguía rota. Aunque tenía la opción de utilizar una de las públicas, he preferido desplazarme andando escuchando algo de música.

He cargado el MP3 con el doble blanco de los Beatles. Me ha dado tiempo a devorar casi los dos discos enteros durante la ida y vuelta del gimnasio.

Ha sido una invocación a mis «mentores». Recurro a ellos siempre que necesito que mis recursos internos estén rebosantes. Seguro que buena parte de la alegría que he demostrado en la sesión de running ha sido debida a eso.

Era preciso no demostrar pereza corriendo esta semana. La constancia y la disciplina las voy a necesitar a mi lado durante un buen tiempo.

Ya os dejo, que tengo mucho que hacer…

Lo primero: cambiarle las cuerdas a mi Strato.

Javier Montero

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