Hoy he batido mi mejor marca personal. ¡Y con mucho!
¡He salido a correr a las 7:30 de la mañana! El record, lo tenía, creo recordar, alrededor de las nueve de la mañana, lo que significa que una mejoría de hora y media en mi MMP.
Con el añadido de que es sábado, un día que se supone que uno puede permitirse pasar más tiempo en la cama.
Y no es que acostumbre a salir de copas, pero los viernes suelo quedarme trabajando hasta bastante tarde. Y tampoco faltó el tiempo de lectura de «Vida y destino», el tocho que descansa en estos momentos sobre mi mesilla de noche.
Eso sí; antes de acostarme dejé preparada la ropa de correr, el GPS, la riñonera con las llaves y el DNI, la botella de agua, etc…
Algunas de las ventajas de salir a correr tan temprano son obvias: el termómetro marcaba, a las 7:30, tan solo 25 grados.
Me dirigí a la dársena, donde los pescadores más rezagados se afanaban en terminar de montar sus aparejos.
Las normas eran las mismas que perfilé en el último entreno: no sobrepasar las 149 ppm. Ocasionalmente, en alguna comprobación, me aparecían valores de 150 o algo superiores. En esos casos, disminuía sutilmente el ritmo de la marcha hasta que el valor volvía a asentarse en la 14ª decena.
Una hora exacta y algo más de nueve kilómetros recorridos. Entrenamiento suave, pero muy constructivo.
El termómetro, al finalizar, indicaba 26 grados.
Así, sí que se puede.
Javier Montero